Capitulo 4

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Pisando la tierra con suma delicadeza fue sintiendo la fría temperatura de la espesura extrañamente cautivada por el golpeteo insistente de su corazón y la tibieza que sentía en el rostro. Sonrío.

¿Acaso el cambio se debía al contacto constante con los humanos?

Se puso ambas manos a la altura de sus corazón sintiendo el latido incesante de este, se sentía feliz se sintió capaz de danzar, cantar y gritar en ese momento de todo el sentimiento acumulado en su pecho.

Amplio mas su sonrisa al ver como dos siluetas masculinas se acercaban a ella con los ojos cubiertos por antifaces, levanto la vista al momento en que una espesa nube cubría la luna señalando una posible lluvia esa noche.

Se acerco a ellos impaciente y ansiosa, borrando de su mente cualquier advertencia de su madre porque ya no creía en ellas ahora, las dos personas frente a ella se habían vueltos sus amigos.

-Buenas noches Gaara-kun, Sasuke-kun-

Ambos esbozaron pequeñas sonrisas no pudiendo evitarlo contagiados de la alegría de la chica frente a ellos.

-Buenas noches Hinata, veo que tenemos el campo libre-Hablo el pelinegro señalando varias nubes espesas que cubrían el cielo.

-Pongámonos en marcha- dijo el pelirrojo ofreciendo su brazo a la pelinegra aceptándolo tímidamente y empezaron a caminar por la espesura del bosque siendo seguidos de cerca por el pelinegro que esbozaba una pequeña sonrisa divertido al ver a la pareja de jóvenes dioses frente a el.

Entonces su sonrisa se borro y una mueca de preocupación ocupo su rostro al pensar en las consecuencias de esa unión porque era claro para el y cualquiera que los observara que aquellos dos tenían algo.

Y eso lo preocupaba aun mas, si alguien los viera?, si se rebelara su lazo que medidas tomarían los dioses padres? Cuál sería el castigo por intimar con el enemigo?

Nada bueno estaba seguro.

Vio al frente y observo a sus nuevos amigos, quien lo diría, el hijo del dios de la muerte preludio de desastre entre los dioses caminada tranquilo en atraves de un bosque junto con otros en total armonía.

¿Cuál sería su propio castigo por eso?

Si su padre se enteraba...

-Sasuke, apresúrate-llamo el pelirrojo al notar la vacilación en su amigo adivinando de antemano lo que pasaba por su mente y la suya propia, pero, ya abría otro momento para preocuparse lo que más quería ahora era disfrutar esos momentos de paz antes de la tormenta.

Salió de su ensoñación ante el llamado de enojo de su amigo y lo vio con una mirada de tranquila y decidida, confiaba que el supiera de sus pensamientos y le ayudara pensar en algo para salvaguardar esa situación.

-Sasuke-kun ¿le pasa algo?-

Lo único que quería era guardar el lazo que había formado con los otros dos en esos días juntos, sus amigos, por fin en sus 18 años de vida sentía que nacía algo de esperanza en su oscuro corazón.

-¡Voy!-

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Sentía el olor de la madera quemándose a la distancia y el sonido de conversaciones transformada en murmullos por el viento, la aldea estaba cerca.

-Bueno yo me voy- girando sobre sus talones el pelinegro giro para tomar el camino contrario a los otros.

-Sasuke-kun ¿no quieres venir con nosotros?-pregunto la pelinegra mirándolo con tristeza separándose del pelirrojo-Gaara-kun me conto que hoy habrá una fogata y harán una representación teatral de la fundación de esta aldea-

El Sol y La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora