Noches de cereza

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Y entonces, cuando escucho peleas, gritos, y un asilo, me vuelvo a desesperar, lloro, el futuro me abruma de nuevo pensando: ¿Y si mis hijos me abandonaran igual? No quiero que ellos me digan también que solo les traigo problemas, ya es suficiente que se lo digan a él.

Realmente no quiero continuar con ésta noche.

Los niños no quieren dormir, quieren cuentos, pero no hay quien se los lea. 

Cosmos: Pequeño NeptunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora