Capítulo I - ¿Qué rayos ocurrió?

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-Escuchar Be Alright de Dean Lewis-

"No que me hayas mentido, que ya no pueda creerte, eso me aterra"

-Frederich Nietzche

*Ace*

"Bello es el día, triste es la noche. Se baila, se canta, se llora y se sufre, pero todo termina, todo es ceniza ¡Qué risa, qué risa! Esa es mi dicha" Empecé a recitar con complejo de Orfeo como si me creyera el mejor poeta de mi época.

Tap, tap, tap

A mis oídos llegó el sonido de alguien caminando con tacones, ¿Una mujer en la azotea a esta hora? Al parecer no soy el único lunático que decide subir a la azotea a las 3 de la madrugada.

Tras unos segundos puedo sentir como la persona misteriosa se hace a mi lado pero se queda parada a contrario de mi que estoy sentado en el borde. Por curiosidad decidí voltear a verla y a diferencia de la imagen femenina que había creado en mi cabeza, la persona no es nada parecida. A pesar de que pensé que era mujer por el sonido de los unos aparentes tacones, la realidad era totalmente distinta, la persona estaba usando una gabardina con capucha por lo cual no podía ver su cara, su cuerpo era como si estuviera mezclandose con la oscuridad de la noche y por último tenía unas botas altas que seguramente eran las causantes del sonido que me dió a conocer la presencia de esta persona.

Estuve a punto de hablar para generar una pequeña conversación para intentar conocer a esta persona pero apenas abrí mi boca, fui interrumpido.

"¿Pero quién dice que todo termina? Señor Voltaire, está muy equivocado si cree que después de morir todo culmina en las almas de los humanos siendo atrapadas en una oscuridad eterna." Comentó la persona mientras tocaba suavemente el borde vacío que se encontraba al frente de ella como si fuera un piano.

'Mierda, ¿Acaso me escuchó cantar el poema? ¿Y cómo rayos sabe mi apellido?'

Miré a la persona e intenté enfocarme en lo que había dentro de la capucha pero seguía viendo pura oscuridad, tal vez sea mi sueño hablando pero parecía que aquello que estaba dentro de la capucha fuera más negro que la propia oscuridad de la noche, además esa voz, ¿Qué rayos? Es como si varias personas estuvieran hablando al mismo tiempo.

Bajé mi mirada y empecé a observar las vacías calles de Boston otra vez y pensé por unos momentos sin meterle más mente a lo extraña que era la situación.

"No creo que todo termine de esa manera pues aunque todos vayamos a terminar siendo polvo o ceniza, pienso que los humanos son como un ave fénix. La leyenda dice que de sus propias cenizas, este animal renacerá y siento, muy dentro de mí mismo, que los humanos somos así, tal vez no reviviendo literalmente pero dejando que nuestra alma siga otros procesos más místicos por así decirlo, ¿A que destino llegará cada alma? No sabría decirlo, tal vez vuelva a vivir su propia vida en universos paralelos o puede que renazca como uno de sus propios descendientes. Es muy difícil responder a esa pregunta, ¿Qué hay después de la muerte? Todo es un enigma pues nadie ha muerto y ha vuelto, o por lo menos si ha ocurrido, lo cual es improbable, ha sido lo bastante sabio como para no comentarlo al público" Cuando terminé mi pequeño monólogo volví a girar mi cabeza hacía la persona y ya no estaba ahí hasta que sentí que alguien colocaba sus manos en mis hombros.

La temperatura bajó de manera bastante repentina así que pude ver el humo que salía de la boca de la persona por encima de mi hombro.

"Boo" Susurró la persona en mi oído lo cual hizo que me sobresaltara bastante y diera un pequeño salto que me dejó aún más en el borde de la terraza.

A Través De Aquel SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora