Prefacio

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El calor era agobiante, te hacía sentir sucio, sudoroso. El niño se sentía molesto, los habían obligado a ir al entierro de una persona que no conocían justo en su único día de descanso ¿podía ser padre tan descarado? ¿que no sabia que tenia cosas mas importantes que hacer?; De vez en cuando cerraba los ojos y se ponía a pensar en la "suerte infinita" de su hermana,Ania, en su cuna con sábanas y almohadas suaves que no eran ni siquiera comparables con las grumosas de ellos, ellos no habían nacido para lujos.

Decidió sentarse en unas escalas viejas lejos de todo, el grupo de gente llorando alrededor del ataúd lo hacía sentir enfermo. El lugar se encontraba sucio, mojado. Sonrió; sabía que su padre se volvería loco cuando viera su perfecto traje negro arruinado por el barro, para ser perfecto se encontraba su hermano.

La culpa cayó a él de nuevo; su hermano era su mejor amigo, dormían juntos, entrenaban juntos, comían juntos. El chico amaba a su hermano, claro, nunca se atrevía a decirlo pero no hacía falta, siempre se comunicaban de una forma en la que palabras no eran necesarias en lo absoluto. Observó a su alrededor cuando la visibilidad había mejorado un poco, su hermano se encontraba en el centro de un grupo de desconocidos. Algunas veces le deleitaba el poder de su hermano en otros, otras veces le daba lástima, al menos el era ignorado por lo que era y no querido sin razón alguna.

Volteo hacia su padre, se encontraba dando al parecer instrucciones a un niño de su edad, ocho, tal vez nueve años. ¿Lo iba a reclutar también como al otro? No le agradaba el chico que había llegado a su casa semanas atrás, sus padres lo habían enviado emocionadamente desde un pueblo a dos horas de distancia y no paraba de hablar de lo contento que se encontraba de entrar en el programa.

-No lo soportan y por eso lo enviaron aquí- le dijo una vez a padre luego de quedarse solos luego de su clase de Alemán.

El hombre lo golpeó, no con tanta potencia como cuando se equivocaba en la clase de defensa pero lo suficientemente fuerte como para hacerlo sangrar.

-A estas alturas deberías saber que esto va más allá de lo que opines- dijo saliendo por la puerta del estudio dando un portazo con brusquedad. No se habló más del asunto.

El niño se acercó hacia padre automaticamente al igual que su hermano, ambos sabían que iba a ser uno de ellos, esa era la razón por la que habían venido después de todo.

Los dos hermanos se miraron fijamente, eso hacía que fueran seis ahora, bueno, cinco y medio. Aarón, un pelirrojo llorón que no dejaba de pedir por su madre día y noche aún no se había acostumbrado del todo y no había podido cumplir con los entrenamientos de forma correcta. "Necesita más tiempo" decía el hombre al parecer paciente mientras los otros seguían entrenando en las horas libres que tenían luego de clase, sabían que en cualquier momento su suerte acabaría e iba a ser enviado de nuevo con su familia, como había pasado con otros antes que él.

El nuevo se encontraba en silencio mientras era juzgado por los otros dos. Viéndolo de cerca, el mayor se sorprendió ante lo delgado que era, sabía que no sería de utilidad en el grupo y que al final sería una molestia para todos. Este niño no podría tolerar una semana en entrenamiento con los demás.

-No me convertiré en un estorbo, lo prometo- Dijo el nuevo chico mirándolo desafiantemente, nadie lo podía mirar desafiantemente. Él era el líder, tendría que bajarle los sumos al nuevo cuanto antes, ser el líder era lo único que tenía.

"Maldición" pensó entendiéndolo todo, debía dejar de pensar demasiado delante del nuevo, ya sabía de antes sobre un chico que podía hacer algo como eso, no se imaginaba de ningún modo de que fuera alguien tan delgado como él.

Lo observo un poco mejor tratando de encontrar algo "especial" en el individuo, un niño alto pero demasiado delgado de ojos de un verde oscuro que probablemente en la oscuridad se veían negros y de brazos tan delgados que parecía fueran a quebrarse solamente al moverlos. "No durarás demasiado" pensó el niño mirando al nuevo a los ojos y sonriendo para sí mismo.

DonesWhere stories live. Discover now