-¿Qué diablos estás haciendo? ¡Me pudiste haber matado de un susto!
-¡No te muevas!
No había cosa que me hicieran enojar más que la familia Dust, Liam, Sam y su padre Arthur, ellos eran el centro de los fenómenos a los que se había unido mi hermano Thiago. Según todos en la ciudad Arthur Dust se dedicó a salvar chicos con capacidades especiales de las garras de la calle y/o de la pobreza para brindarles una mejor educación y el calor de un hogar, casi como un ángel salvador. Athan Dust: egocéntrico, grosero y antipático, no me cabía dudas de que era la persona más insoportable en la que podía pensar en cualquier momento del día aun por encima de Charlotte y eso, ya era un paso muy grande.
Camine hacia atrás tratando de mantener la mayor distancia posible entre los dos, no me gustaba para nada su cercanía.
-¡Maldita sea! ¡Que te quedes quieta!-Dijo de nuevo regalándome una de sus famosas miradas asesinas
-Que rayos te pasa....- Los susurros de nuevo ¡cada vez más fuertes!
Una explosión me paralizó mientras otra parte de mi me decía desesperadamente que corriera.
-Que está ocurriendo...–
-Que te quedes quieta...-
En ese momento mire a mi alrededor, estábamos rodeados, unos hombres vestidos con el mismo traje militar de los soldados que paseaban por el centro nos apuntaban con un tipo de armas que no había visto nunca en mi vida, demasiado grandes para ser de simples soldados.
-Fea es poco para cómo te ves hoy- Susurro el chico a mi lado mirando con precaución a su alrededor-
"Ridículo" Pensé mientras trataba de asimilar lo que estaba ocurriendo.
-Mira a quién tenemos aquí-Dijo una voz que apareció de la nada.
Era un tipo no muy alto con ropa sucia y cabello ondulado, siempre nos habían enseñado a no hacer contacto visual con personas armadas pero en ese caso sencillamente no pude evitarlo, era un sentimiento hipnotizante í; sus ojos eran casi naranja: demasiado claros para ser bonitos y demasiado serios para ser graciosos; feroces, grotescos y enfermos, una combinación bastante extraña para simplemente un par de ojos.
-¡Pero si es Liam Dust! tiempo sin verte lástima que no sea en las mejores circunstancias...-Dijo con una risa maliciosa que me recordaba a los villanos de las películas que veía de niña.
-Lo mismo digo-Dijo el fenómeno con el tono burlón que cada vez empezaba a soportar menos- ¿Puedes hacerlo rápido? Veo que no te has decidido muy bien por tu bando todavía creo que...
-LLEVENSELOS- Gritó con furia cortando sus palabras inmediatamente como si hubiera pasado unas tijeras invisibles en el aire
No lo vi venir, cuatro hombres nos tomaron por detrás mientras nos dirigían a un automóvil rojo sangre de un modelo antiguo lleno de golpes que brillaba por la ausencia de dos de sus puertas, ya ni los soldados tenían para comprar vehículos medianamente decentes.
Uno de los hombres que se encontraba libre, el más alto de todos, tomó lo que parecía ser una jeringa de una pequeña caja en el asiento delantero y la aplico sobre Dust que ni siquiera se había resistido a ser llevado hacia el auto como si situaciones como esas fueran de lo más común en su vida "¿lo eran?" pensé mientras trataba de golpear al que me tenía de los hombros-¡Que están haciendo! ¡Suéltenme! – Grite lo más alto que pude esperando quizás que Cameron me escuchara y regresara con ayuda.
Los susurros seguían, sabía que debía parar de resistirme, era totalmente inútil.
-No puedo creer que hayas sido capturada tan fácilmente-
YOU ARE READING
Dones
Genç KurguCandie Allard perdió a su padre, a su hermano y a su vieja vida teniendo que empezar desde zero en lo que queda de la guerra. Liam Dust ha entrenado toda su vida para ser el líder, el enterarse que todo por lo que ha luchado es una mentira y el no...