.CAPÍTULO I, PRÓLOGO.Era una noche fría y lluviosa, apenas habia gente en las calles, el silencio inundaba el vacío provocado por algunas pisadas en el empedrado, apenas audible,pero todo seguía en calma, mientras un murmullo fue ahogado por el tiempo. Nadie creía que podía ser posible, pero así fue, así fue como le conoció, Noelia nunca se imaginó lo que la depararía su destino. La primera vez que se encontraron fue en un caserón medio abandonado, hacía mucho frío, aquel momento no llevaba paraguas y se estaba empapando, de pronto tuvo la suerte de encontrar un escondrijo donde cobijarse, mientras el viento azotaba sin piedad las calles. Como podía ser posible, había pasado muchas veces por ahí pero nunca que ella recordara se había encontrado con ese caserón abandonado, pero aunque fuese oscuro y frío se adentró en sus entrañas. La primera vez fue desagradable, el olor a moho inundaba la estancia, además de haber polvo y telarañas, no era un lugar muy agradable, pensó ella para sus adentros, aun así como no paraba de llover y ademas empezaba a oscurecer decidió pasar allí la noche. Pero aunque creía que no había nadie más, no estaba sola. De pronto una sombra se abalanzó sobre Noelia y cayó encima de ella, lo primero que vió, aunque estaba un poco aturdida fueron sus ojos azules que parecían que la miraban en todas direcciones. Su primera reacción fue de sorpresa y desconcierto, a esas horas no esperaba recibir visitas, además parecía como una especie de ángel caído del cielo. Enseguida se apartó, su mirada no reflejaba alegría ni interes por su visita entonces ella se quedó desconcertada. Entonces le volvió a mirar sus ojos, ahora eran fríos y distantes como el acero. Ya no demostraba sorpresa, ni siquiera la miraba era como si no existiera, entonces fue cuando interrumpió el silencio que había innecesariamente entre los dos. Aquella noche acabó para los dos, con la mirada se dijeron todo.
CAPÍTULO II, EL EXTRAÑO.Ni siquiera sabía su nombre, nunca le había visto por allí, aun así su mirada era reveladora. De pronto sus ojos se encontraron, entonces ambas miradas desprendieron fuego. No sólo fueron sus ojos, también sus labios, llevados por el embrujo, sus labios se buscaron, ambos, tenían sed, sed de lujuria, sed de pasión. Una cosa llevó a la otra, como poseídos por lo carnal, ambos se desnudaron y se revolcaron en el frío suelo sin importarles la humedad aunque estuviesen calientes. Entonces sus cuerpos se entrelazaron y una vez fundidos se transformaron en uno solo, pero sólo fue el impulso del momento, al cabo de un rato el extraño sin decir nada cogió su ropa y se largó, ni siquiera pudo preguntarle su nombre cuando quiso darse cuenta ya se había ido. Noelia, se quedó desconcertada y más aturdida que la primera vez. Había sido una ilusión o había sido un sueño, el caso es que fuera quien fuera ya se había ido, había desaparecido como por arte de magia, sólo pudo recordar aquel apasionado encuentro. Noelia, pasó la noche allí, al día siguiente volvió a encontrarse con el muchacho, pero aunque parecia el mismo este ultimo era m as tímido, mucho mas retraído. Al instante se presentó, aquel extraño muchacho tenía nombre y decía llamarse Nahuel. Noelia se enamoró de Nahuel al instante y sin explicar como con el se quedó.