Cap.-2

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31/08/2015.

Valentina iba saliendo de una habitación, ya había echo de las suyas antes,claramente se las arregló para no tener nada con él hombre que quería "diversión" con ella.

En cuanto entró a la oficina de Agustín, se sentó en una silla de piernas medio abiertas, a valentina le parecía un acto muy impocrita el cruzarse de piernas. Agustín la miró por un momento y luego volvió a mirar su celular que llevaba en la mano.

-No se como lo haces- dijo a la vez que dejaba su celular en la mesa, dejando ver la hora, 1:30 A.M,exactamente 5 minutos había estado en la habitación con equel hombre- me impresionas, Valentina - dijo con media sonrisa.

Agustín sabía lo lista que era ella, no sabía cómo es que ella conseguía durar menos de 5 minutos dentro de un burdel con un hombre, cada vez se sorprendía más por lo astuta que podía llegar a ser aquella joven.

-Tengo mis trucos - algo que no había cambiado era eso, la forma fría e indiferente de hablar que tenía Valentina.

-Eso lo se perfectamente- se acercó a paso lento a ella y ya estando frente a frete susurró - mejor que nadie- Valentina no cargaba con ninguna expresión en su rostro, su mirada no radiaba luz como en otras solía pasar, eran dos simples ojos muertos por el tiempo.

-¿para que me llamaste? - dijo otra vez con su tono de voz indiferente.

Agustín se dio media vuelta, una gran mañia que tenía por dar la espalda a los demás, miraba el techo y todo el alrededor de su oficina hasta detener su mirada en Valentina.

-¿Sabes que día es hoy?- preguntó un poco entusiasmado.

-treinta y uno de agosto- está vez, algo más que frialdad y muerte se veía en su mirada... No era lindo, era triste, era tristeza.

-así es - Agustín chasqueó sus dedos para acto seguido, uno de sus guardaespaldas sacara un pastel de atrás suyo y ponerlo sobre la mesa- feliz cumpleaños número dieciséis, Valentina- sonrió por un momento para después echarse a reír como todo un demente.

Así era, 31 de agosto Valentina cumplía años, especialmente ese año, cumplía los 16,ella sabía lo que significaba.... La iban a subastar, a vender a un desconocido que haría lo que quisiera con ella.

-Gracias- dijo mirando al pastel y lo que tenía plasmado. "Diviértete en tu viaje". Lo que sintió Valentina era enojo, tenía ganas de aventar el pastel a la cara de Agustín, ir con su tío a partirle la cara y reventarle las pelotas a cada uno de los hombres que le hicieron la vida miserable en su estancia ahí.

Venganza, eso era lo que ella quería, quería vengarse de todos por haberla echo pasar por ello, las personas que más odiaba eran un miembro de su familia y aquel sujeto demente que la intentaba prostituir.

Finalmente salió de la oficina, se dirigía a su habitación cuando antes de abrir la puerta, está se abrió por si sola dejando ver a sus únicas amigas con un pastel de chocolate que llevaba plasmado consigo "Feliz cumpleaños Vale". Valentina sonrió, ellas eran las únicas personas que la habían apoyado y ayudado, algo tenía que ver con que ella fuese la menor de todas, pero aun así, el cariño que se tenían Mutuamente era incomparable.

-¡Feliz cumpleaños Valentina! - gritó muy emocionada Zoe, una chica de 17 años que había conocido los primeros días que llegó allí.

-Muchas gracias... - intentó sonreír pero falló, sabía que de nada servía, de cualquier forma, la manera en la que se sentía no podría cambiar hasta que su pesadilla haya terminado.

-vamos, no es momento de que te pongas a llorar--sonrió de manera triste Amanda, su otra amiga, la chica de casi 18 años que conoció un poco después de Zoe.

-Ojalá ella estuviera aquí - dijo abrazando a sus amigas quienes de igual manera la abrazaron.

Cuando se refería a ella, era Vanessa. La chica había sido comprada por un socio de Agustín después de haber echo lo que se le diera la gana con ella en una noche de placer. No hacía mucho que la habían comprado, 1 año a lo mucho, pero aun así, Valentina jamás podría superarlo, la mayor le había prometido que estaría ahí justo para despedirse el día que ella tuviese que irse, sin embargo, nisiquiera se despidió el día que se la llevaron.

-Lo sé, nena, lo se, pero nada podíamos hacer- Amanda le limpió las lágrimas y le sonrio - se que ella te hubiera regalado algo mejor, como en esos años lo hizo, pero toma- y sacaron una pequeña caja envuelta de color negro con rojo, pues ellas sabían que eran los colores que la menor amaba.

Valentina miró la caja y luego a sus amigas, la tomó entre manos y comenzó a abrirla.
En su interior había un collar, uno muy bonito a decir verdad, tenía un dige con la obra de Da Vinci, la más conocida de todas, la que realizó mientras estuvo en prisión, era una obra que amaba Valentina por lo que el pintor expresó en ella. Valentina sonrió con lágrimas acomulandose en sus ojos, las miró y las abrazó a ambas.

-Gracias chicas, es hermoso, me encanta- estaba que daba brincos de felicidad.

-eso no es todo -Zoe rió con diversión acercándose al interruptor. Apagó las luces- ¡también brilla en la oscuridad! - gritó y todas vieron como el dige comenzaba a brillar de una forma radiactiva al verde, Valentina comenzó a brincar de emoción.

-AAH! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! - dijo emocionada mientras brincaba en la cama.

Zoe se le echó encima seguida de Amanda y comenzaron a reír, era como en una película, eran las mejores amigas que habían y lo eran aun más con Vanessa.

Finalmente las tres se pusieron cómodas, se cambiaron sus prendas a unas más cómodas y se arrecostaron en el piso poniendo una colcha gruesa y varias cobijas para que no se sintiera tan duro. Las tres se acostaron, Valentina estaba en medio, casi ahogada por el peso de sus amigas mientras la abrazaban, era una de las cosas que amaba, ellas dormían juntas cuando de algo especial se trataba y ese día, Valentina enserio que deseaba pasar la última noche con ellas, pues dentro de unas horas, las iban a separar.

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