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Cap.-4

31/08/2015.

-Vale... Vale... - Amanda intentaba despertar a la pequeña dándole suaves palmaditas que no causaban efecto alguno -Valentina, es hora de desayunar- continuó moviendola un poco.

-Amanda, Cariño, lo estas haciendo mal -Zoe se tronó los dedos y la miró con una sonrisa traviesa- mira y aprende.

Acto seguido Zoe se lanzó al cuerpo dormido de Valentina quien al sentir el peso de la la mayor se retorcio y dio un quejido agudo. Amanda estalló en risas ante la escena. Zoe se removió en el cuerpo de Valentina y esta la quitó de encima con brusquedad.

-¡Zoe! ¡Maldita sea! ¡Eso me dolió! -Chillo la pequeña
incorporándose en las mantas del suelo y sobando su nuca- Eres una bruta...

-De nada- respondió mirando a Amanda que aún con una leve risilla rodó los ojos.

Las tres chicas se levantaron del suelo y recogieron las mantas, ordenaron sus camas por última vez y salieron al cuarto donde comían, ya que era la única habitación donde había una mesa y sillas.

Aunque no lo demostraran, estaban completamente muertas de miedo. Ese día habría la mayor subasta que se haya realizado hasta entonces. Trata de blancas. Iban a subastarlas y ser vendidas al mejor postor quien haría lo que se le viniera en gana con ellas. Serían presas para toda la vida, encadenadas a un hombre que solo la querrá por ratos, un hombre que no busca nada más allá que el sexo y el placer.

¿Que clase de personas le tocarían a cada una de ellas? Sin duda alguna, las peores, pues no se trataba de sí era bueno o malo, si estaba ahí para comprarla, no sería bueno en lo más mínimo. Solo las peores escorias van a sitios como ese y a subastas como aquellas, las chicas perdieron las esperanzas de ser libres algún día.

Estaban sentadas comiendo en silencio, era un silencio de lo más incomodo, nadie emitía sonido más que para masticar.
Un ruido de puerta las sobresaltó, se giraron para ver a aquel hombre, aquel que les había arruinado la vida.

-Buenos días señoritas.. - dijo Agustín acercándose lentamente a la mesa donde comían ellas- espero que hayan disfrutado el desayuno- sonrió de una manera engañosa, se veía tan inocente que daba asco-como sabrán, hoy es el cumpleaños de nuestra pequeña Valentina- caminó por detrás de la silla de la pequeña y puso una mano en su respaldo- el evento se llevará a cabo a las 6 de la tarde, para esta celebración les he de comprar atuendos para la ocasión. - chasqueó sus dedos y un guardaespaldas salió con un par de vestidos provocadores, uno era negro y el otro rojo ardiente.- y para nuestra querida cumpleañera- Agustín sacó detrás de él un conjunto, consistía en una mini falda, extremadamente corta a cuadros grises y una blusa que dejaba al descubierto su abdomen y parte de su brasier.

-Yo no me pondré eso... - dijo en voz baja pero aún así audible para Agustín.

-No te pregunté - dijo con firmeza y se dió media vuelta.

Esta vez, el darle la espalda a Valentina sería un grave error.
Valentina no pensó dos veces antes de tomar un vaso de cristal y lanzarlo, este se estrelló en la nuca de Agustín quien calló al suelo impactado.
Valentina tenía la respiración agitada, no podía soportarlo más, debía de partirle la cara a aquel hombre.
Tres guardaespaldas se acercaron rápidamente pero antes de que pudieran tocarle un pelo a la menor, Agustín los detuvo.

-Velentina, Valentina-aplaudió una vez de pie y negó con una sonrisa terrorífica, entonces, solo entonces, Valentina se dio cuenta de lo que había echo y sintió temor, una vez más sintió temor al ver a Agustín - Es tu cumpleaños, ya te vas a ir, pero este último acto tuyo jamás lo olvidaré - su expresión se tornó seria y hubo silencio unos cuantos segundos antes de que Agustín siguiera hablando- haré que te arrepientas cada día de tu vida por esto, serás entregada al peor postor que encuentre y el mismo se encargará de hacerte mierda cada instante de tu patética existencia- elevó la voz y hizo que la menor se encogiera del miedo, nuevamente se dio media vuelta evitándose la molestia de verla llorar- de eso me encargo yo- agregó al final y se dirigió a la puerta- las quiero listas a las 5 más tardar- se tocó la nuca y de inmediato su mano se vio cubierta de sangre- maldita perra-escupió en bajo pero aún audible y salió.

Valentina comenzó a llorar más fuerte abrazada de sus amigas, estas trataban de tranquilizarla pero era inútil, no servía de nada.

El tiempo pasaba rápido, iba acabandose y a medida que más avanzaba, más serca estaban de la despedida.

Las chicas hicieron todo tipo de cosas juntas antes de irse, de hasta dar un concierto en vivo enserradas en la habitación, hasta bañarse juntas para el verdadero show.

-Valentina, Cariño-habló Amanda desde el otro lado de la puerta del baño- ¿ya estas lista?.

-Si... Ahora voy- Valentina miró su atuendo, no le gustaba nada lo que veía, se echó un vistazo en el espejo antes de salir sin antes pronunciar que se veía como una Zorra.

Valentina salió del baño apenas y meditó una y otra vez la amenaza de Agustín, no dudaría de que aquel hombre  cumpliría su palabra. Salió con pocas ganas, ¿quién tendría ganas de salir a su propio infierno? Nadie, sabía que lo que le esperaba la iba a joder toda la vida que le quedaba.

-¡Woow!¡ Eres una hermosura! - exclamó Amanda en cuanto la vio, su propósito era alentar un poco a la menor aunque sólo consiguió que se sintiera superficial.

-¡Wuau! ¡Eres una puta! - Dijo Zoe y sonrió de una manera inocente, Amanda la reprendió con la mirada y Valentina se echó a reír un poco. Zoe consiguió lo que Amanda no.

-Jaja, mira quien lo dice- señaló a Zoe, tenía razón, la mayor no lucia muy diferente a Valentina.

Por unos minutos rieron hasta que se vieron interrumpidas por un guardaespaldas de Agustín quien iba a buscarlas.

-En 15 minutos salen ustedes-dijo y sin más se fue.

15 minutos... 15 miserables minutos faltaban para que la verdadera pesadilla de Valentina diera su inicio. Sin planearlo, Amanda y Valentina ya se encontraban llorando, Zoe las miraba tratando de contenerse, pero fue inútil, terminó llorando junto con ellas.
Las tres chicas se abrazaron, ¿sería ese su último abrazo?, si, lo era.

-No... No quiero... No quiero irme... Por favor... - trataba de hablar entre sollozos la pequeña, las mayores no pudieron hacer más que consolarla. -Va a ser un hombre terrible... Agustín me venderá al peor hombre que encuentre... Yo no quiero... ¡No quiero! - exclamó mientras se aferraba a la tela del vestido de Amanda.

-Todo... Todo va a estar bien Vale... -dijo Amanda tratando de convencerse a si misma aunque sabía que mentía.

-Seamos realistas, Amanda, no le podemos prometer nada.. - pronunció Zoe en voz baja y tomó a Valentina del rostro mirandola a los ojos- Escucha Valentina- dijo demaciado seria - van a pasarte cosas malas, pero tú tienes que saber lidiar con ello, tú sabrás adaptarte, no dejes que la vida te derrote, eres fuerte, haz soportado tanto, pasado por mucho, y sigues aquí... Siendo la más joven que llegó a este lugar... - por impulso, plantó un beso tierno en la frente de la pequeña- siempre estaremos aquí, siempre, sabrás donde buscarnos y si nos separan, te juro... Te prometo..

Que nos volveremos a encontrar..