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Cap.-5

31/08/2015.                  6:35 p.m

15 minutos se habían agotado,las chicas se separaron cuando nuevamente aquel hombre reapareció.

Primero fue Amanda.

Después fue Zoe.

Y finalmente fue el turno de Valentina..

-Tu turno- habló el hombre a la única chica que quedaba en la habitación.

Valentina caminó resignada con la cabeza gacha, miraba los pasos del hombre que iba adelante de ella. Recopiló toda su vida... Gran parte de su adolescencia, lo miserable que esta era, lo mierda que sería de ahora en adelante.

Escuchó la voz de Agustín al otro lado de el telón, sus piernas empezaron a flaquear y sentía que en cualquier momento iba a desfallecer.

-Nuestra siguiente chica es una de las joyas de este lugar- decía Agustín a la par que Valentina caminaba por el escenario.- una de nuestras más jóvenes ejemplares,pero una reliquia que lleva más tiempo que nadie en este lugar,sin duda, es una blanca palomita por lo que es muy conveniente tenerla a su disposición.

Valentina miró a todos aquellos hombres en el lugar, todos posaban su mirada sobre ella pero en especial, sentía 3 miradas clavadas en ella.
Buscó con la mirada de quienes se trataban hasta encontrarse con los inesperados y hermosos ojos miel de una chica al fondo, esperen.

¿Una chica?.

¿Que hacía una mujer en un lugar como ese?. Valentina sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo, se sintió bulnerable por alguna razón, aquellos ojos, aquella mirada, era penetrante.

Finalmente Valentina apartó la mirada de la joven y de inmediato se encontró con la de un hombre ya mayor, quien la miraba con lujuria, mucha lujuria, sintiendo asco al momento, miró en otra dirección por instinto y finalmente se encontró con la mirada de un muchacho, no pasado de 25 años supuso, ojos azules, muy apuesto pero honestamente, <<No es mi tipo>>.

Valentina se dio media vuelta para retirarse del escenario encontrándose con la demente mirada de Agustín, quien sonreía con locura desde siempre.
Valentina miró al suelo y corrió hasta encontrarse con la puerta de su dormitorio. La abrió y cerró con fuerza, se apoyó contra la puerta y se deslizó hasta estar sentada en el suelo. Lágrimas brotaron de inmediato, se abrazó así misma ocultando su rostro entre sus piernas. Valentina moría de miedo, sabía que todo se había ido a la mierda en cuanto tomó aquel vaso para atacar a Agustín, sabía que su vida sería miserable, aún más miserable de lo que ya era a partir de ese día.

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7:47 p.m

Había pasado ya una hora, Valentina estaba tan exhausta que pronto se quedó dormida a un lado de la puerta.

La puerta se abrió de golpe, despertandose sobresaltada, Valentina no tuvo tiempo de mirar a la persona cuando está ya la había cogido del brazo con brusquedad.

Cerró los ojos un momento para después ser lanzada al suelo, callendo justo en los azulejos del piso de la oficina de Agustín.
Levantó la mirada, inspeccionó por última vez el lugar hasta detenerse en la aterradora mirada de Agustín.

-Pequeña Palomilla, ¿te han cortado tus alas ya?- lo que decía no tenía mucho sentido, pero él mismo comenzó a reír- eres la única que falta, tus amigas ya han sido subastadas y vendidas a un buen precio- Valentina nuevamente tuvo esas inmensas ganas de asesinarlo, miró el parche en su nuca y sonrió, ahora no se arrepentía del todo por haberlo echo- pero tú - Agustín interrumpió sus pensamientos prosiguiendo con la platica- has superado los límites, no recuerdo cuando fue la última vez que pagaron tan extrema cantidad por una puta como tú -se levantó y miró a través de su ventana, la cual daba a la inmensa ciudad que tenía enfrente- Sabes que yo nunca, rompo una promesa- rió por lo bajo y agregó -sin duda se te ha asignado al "mejor" postor, aunque claro, no le fue nada fácil, vieras a todos locos por ti..