Narciso Parte 3

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Si las miradas mataran, Jiang Cheng habría asesinado en un instante a Lan Wangji.

Era imposible pasar por desapercibido el odio y la furia que destilaban los ojos del menor.

Era una mirada con la que Lan Wangji había tenido tantas pesadilla. Que le recordaba sus errores, su doloroso pasado. Lo que perdió.

Y al igual que el pasado, esto tampoco se podía evitar.

-Ha pasado un tiempo. -saludo Lan Wangji, tan cortés como pudo sonar en un momento como ese.

-Y sin embargo sigues con vida.

Lan Wangji apretó los puños.

Jiang Cheng prosiguió.

-No mereces seguir con vida, tú no. No en su lugar.

Jiang Cheng no tuvo que mencionar el nombre, Lan Wangji entendió a la perfección a quien se refería. Comprendió bien los sentimientos del hermano de su amado.

Lan Wangji lo deseo. Deseo haber muerto en lugar de Wei Ying.

Pero las cosas no fueron así. Lan Wangji estaba con vida, y Wei Ying estaba muerto.

¿Verdad?

Pronto recordó el motivo de su desesperada búsqueda. La razón por la que estaba ahí.

Había alguien a quien quería alcanzar,de quien tenía que conseguir respuestas.

-Parece que estas muy distraído. - Jiang Cheng lo sacó de sus pensamientos. -Bueno, que atención podría esperar del hombre que abandonó a mi hermano tantas veces...

Golpe bajo. El corazón de Lan Wangji se apretó dolorosamente.

Luchó por mantener la calma.

-No sé qué quieres que te diga. Solo quieres echarme en cara mis errores.

-¡¡¿Y qué, no tengo derecho?!!!-grito- ¡Me quitaste a mi hermano! Es tu maldita culpa que esté muerto.

-......

-Debido que huiste en cuanto terminó el funeral de mi hermano, no he tenido la oportunidad de hablar "apropiadamente" contigo. - explicó .- Ni siquiera te atreviste a enfrentarnos después de la muerte de Wei Ying.

No, no lo había hecho. No pudo. El dolor era demasiado reciente.

Estaba sumido en la desesperación. La amargura y la culpa lo carcomio.

No estaba listo para soportar más miradas que le recordarán que todo era su culpa.

Fue suficiente con lo mucho que se odiaba a sí mismo.

Lan Wangji no consiguió el valor para enfrentar a la familia Jiang. No después de sus estúpidas acciones.

La vergüenza era enorme.

Nunca mereció a Wei Ying.

Y su familia debía saberlo.

-Parece que nada te hará hablar. Bien,no me importar. ¿Por que usar las palabras, cuando existen las acciones? Puede que Wei Ying esté muerto, pero siempre seré su hermano mayor. Y es mi deber romperte la cara por todo el daño que le hiciste.

Ahí estaba. Jiang Cheng, el hermano que tanto amó y protegió a su hermano menor, quien lloro y grito de rabia y dolor cuando se enteró de la muerte de su pequeño y amado hermano.

Quién no sólo tenía rabia y odio cuando lo miraba. Si no también dolor. Mucho dolor.

Un dolor que no se extinguia con nada, que no se olvidaba.

Si hubiera sido diferente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora