Un sueño para recordar.

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El flash de las cámaras, hace que Mädchen Amick tenga que correr a su auto. Algunos guardaespaldas la protegen de las personas y reporteros que no paran de gritar un sinfín de preguntas.

Ya dentro del vehículo, respira aliviadamente y ordena al chófer ir directamente a su casa.

En el camino piensa en el dilema que está metida.

Se filtraron unas conversaciones de ella con Skeet Ulrich, muy, muy íntimas. Fue un escándalo total, él la busca para hablar, pero ella se niega, no quiere ni verle la cara en este momento.

Ella tiene esposo, él tiene novia. Lo común que tienen Ulrich y Amick, quitando los gustos a las cosas, es que no viven felices con quienes están a su lado.

Tantas horas juntos en el set, más esas líneas en el libreto, las escenas, fue lo que los acercó. Sin embargo, aquel beso “Falice” que todas las fans estaban esperando, fue la gota que derramó el vaso.

Desde que eso sucedió, empezaron a unirse más, a tener mucha más plática y adentrarse en el mundo del otro.

¿Cómo salió a la luz esa conversación?

Nadie sabe. Skeet confía en lo que ella le dijo, que jamás haría algo así, y Mädchen le cree ciegamente a él.

Comienza a llorar y su chófer la mira por el espejo y enseguida vuelve la vista al frente.

Llega a su casa y traga saliva pensando dos veces si entrar o no. Ahí dentro estaba su esposo, David. Luego de que el chisme se regara por todos lados, ella no fue a casa, llamó a su mejor amiga, Marisol. Se quedó con su fiel compañera dos días, pero se dijo a sí misma que debía afrontar el problema.

Su celular comienza a sonar y las cosas no pueden ser peor. Ella debatiendo en si entrar o no, y Skeet llamándola. Para evitar un conflicto, decide dejar que suene y después apagarlo.

Pasa y cierra la puerta, se recuesta sobre ella y da respiraciones profundas para prepararse para lo que viene.
“Con que decides dar la cara.”  Espeta David, su esposo, con una furia tenebrosa. “Me imagino que vienes de follar como loca con ese malnacido.”

“No, David, cálmate.” Mueve sus manos para que controle su ira, pero falla. El sujeto la toma por las muñecas y se las dobla hacia atrás. “Me lastimas, suéltame ya.” En un vano intento por zafarse del agarre, Mädchen cae al suelo.

“Eres increíble, Amick. No puedo creer lo sucia que te ves enviando esos mensajes.” La rubia intenta levantarse, pero su esposo la vuelve a derrumbar.

“Por favor, vamos a hablar como dos personas adultas que somos.” Ella suplica al borde del llanto. Al parecer, al tipo se le ablanda el corazón y se va al sofá, sentándose para charlar.

La mujer se levanta y seca algunas lágrimas de sus mejillas, se sienta en el sillón de frente y mira a David con puro miedo.

“No quiero que me digas por qué mierda estabas hablando de esa forma con ese sujeto, solo dime porque tan pronto me dejaste de querer ¿ah?” Los ojos le saltaban, la cara estaba completamente roja y sus manos temblaban de furia.

Mädchen está dándose cuenta del error que cometió al estar con David.

“Siempre ha sido él.” Murmura para sí misma. “Me enamoré de Skeet, ¿bien? Simplemente no lo pude evitar.” Sincera al fin la pobre rubia.

“Mierda y más mierda.” Escupe con desprecio el hombre. “Yo creo que nunca te diste cuenta de lo que tienes justo aquí, y ahorita mismo te lo voy a demostrar.” La hala de un brazo levantándola de golpe, ella trata de correr, pero en inútil, es muy débil para luchar contra él.

Skädchen OneshotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora