Prólogo

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“Hah… que bueno que ya pude terminar…”

Estirando su cuerpo y dejando sus zapatos en la entrada, Hioto se adentró en el departamento

Vale, son las… 5:30 huh, sí que me tardé

Él dejó las bolsas con las compras en la mesa de la cocina y siguió su camino, una vez que abrió la puerta…

“… ¿eh?”

Notó que allí, en medio de la habitación, estaba algo parecido a un extraño espejo flotante, cubierto de luz y un aura azulina

Hioto se extrañó y sorprendió al mismo tiempo, pero, después de unos segundos, la curiosidad le hizo acercarse al extraño objeto

“¿Eso es un espejo…?”

El ambiente alrededor del objeto estaba cubierto por un misticismo inexplicable, y a medida que avanzaba, un extraño escalofrío se abrió paso por su cuerpo

¿Debería… tocarlo?

Un simple paso lo separaba de tocar con su mano el místico espejo, que, desde el momento en el que entró Hioto, intensifico ligeramente su brillo

Él tragó saliva, y, dejando que su valiente espíritu aventurero (como el gamer y joven que era) se dejara llevar por la curiosidad y la determinación, dio un paso al frente y tocó el espejo con la mano derecha…

“¿huh?”

Pero, de inmediato, el espejo desapareció con un destello, y, en un instante, el cuarto quedó cubierto con una segadora luz que engulló por completo a Hioto

“¡¿Qué demonios…!?”

Y entonces, lo último que registró en su consciencia, fue la sensación de caer al vacío inclinándose hacia adelante

Familiar - Una historia llena de magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora