Capítulo 1.- Murciélagos

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Casi todos los tipos de murciélagos en el continente de nacun provienen de la era de la creación y la mayoría de las que no, provienen de la primera o la segunda intervención.

Todas ellas excepto una, una que habita solo en la cordillera misifi. Lo más lejos a donde los Kugala han podido llegar en éstas tierras.

Esta cordillera era tan amplia que había sido infranqueable y sus montañas tan altas que eran imposibles de superar, pero había algo aún peor en estas montañas, los denominados murciélagos carniceros, cuándo algo vivo se acercaba a sus tierras, atacaban como una plaga imparable, dando sus vidas si era necesario para obtener el botín.

Algunos Kugala creían que los dioses los habían puesto ahí cuándo su pueblo arribó a éstas tierras, para asegurarse de que solo los más dignos llegaran a las tierras que se encontraban al oriente de la cordillera, pero la verdad era mucho más antigua.

Cuándo un pequeño ser que había sido creado para infectar hormigas, y así controlar su población mutó, primero se volvió capaz de sobrevivir en la sangre de los animales que comían hormigas y luego saltó a el murciélago vampiro, una de las primeras especies de murciélago que llegaron a las tierras salvajes.

El pequeño parásito parecía inofensivo en estos animales, pero poco a poco cambió y para mediados de la era de la primera intervención, se volvió capaz de dominar la mente de estos murciélagos, poco a poco como una plaga una colonia entera quedó infectada y se movió a estas montañas.

Con las generaciones este parásito se volvió capaz de alterar el sistema de hormonas que estos murciélagos usaban para que sus cuerpos se formen. Pronto estos se hicieron más grandes y desarrollaron un segundo par de patas para volverse más letales, pero el mayor cambio ocurrió cuándo ese tamaño aumentado les exigió más comida, en ese mom la sangre dejó de ser suficiente y se volvieron terribles cazadores.

Morían docenas de ellos en una cacería, pues no llegaban al medio metro de envergadura y los trescientos cincuenta gramos, pero atacaban presas cien a diez mil veces mayores. Solo existía una cosa a la que los murciélagos carniceros le temían, el fuego. Pero no temían a quienes lo portaban.

Tierras Salvajes.- Bajo la Oscuridad de la NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora