Tierras Salvajes.- Bajo la Oscuridad de la Noche

Capítulo 3.- Luz

Cada paso que daba de retorno a la montaña era pesado, y apesar de querer morir en cacería era hábil, he inconscientemente solo atacaba animales que herirlo no podían.

Él poco a poco notaba que cambiaba su piel, se hacía pálida y eso lo obligaba a no estar tanto tiempo bajo el sol, su piel ardía lo que lo obligó a viajar de noche. Su cuerpo se veía delgado pero seguía fuerte y tal vez incluso más que antes, de sus dedos salían garras y mientras su pecho fortalecerse parecía dos cosas raras de sus costados salían.

Tiempo le tomó darse cuenta de lo que eran pues junto con nuevos musculos que no tenía antes, esas alas con dedos delgados y solo huesos salían. Sus colmillos se alargaban y sus orejas se agrandaban y sin que el lo supiera en su interior, paso de tener dos a tener cuatro oídos internos después de un período de casi cuatro días en los que el oído perder temió.

Su cabeza también aumentó un poco su tamaño, pero no mucho y pocos lo habrían notado. Su cuerpo ya no producía ningún pigmento y su cabello inicaba a salir de color blanco, mientras sus ojos perdían su típico color cafe que decaía poco a poco a un tono rojo de la sangre que por estos fluía.

Y aunque el cuenta no se daba, poco a poco su conciencia desaparecía, y han igual que en los murciélagos era reemplazada por la del parásito.

Más de un mes había pasado desde que escapó de ella, cuándo a la montaña finalmente llegó, pero su conciencia había sido alterada.

Ahora entendía el lenguaje simple que los murciélagos hablaban, no era un lenguaje complejo pero solo lograba captar las diferencias entre significantes gracias a su segundo par de oídos internos que sensible a esas frecuencias lo habían vuelto.

Este ser ya no comprendía las cosas como el antiguo Jachi las comprendía, el parásito había tomado toda conciencia y había llegado a comprender todos los recuerdos de Jachi desde otra perspectiva, Jachi había atacado la caverna de los murciélagos en venganza, pero este nuevo ser lo veía como un intento de asesinato a aquellos que pertenecían a su mismo linaje.

Había adoptado para si el nombre de Jachi y ahora no había llegado para ser devorado, los murciélagos lo quisieron atacar al ver una nueva posible presa, pero este ser, respondió a los murciélagos pidiendo que se detengan en el lenguaje de estos.

Los murciélagos se detuvieron confundidos, la criatura comprendía su lenguaje y podía hablarles, algo que superaba su limitada comprensión las grandes alas de este ser eran demasiado pequeñas para permitirle volar pero ya cada una era igual de grande que esos murciélagos.

Sabía los murciélagos vivían de manera colonial, con un grupo pudiendo crecer tanto, como sus miembros fueran capaces de soportarse mutuamente. Pero el nuevo Jachi no venía a ser uno más de ellos, venía a ser el soberano absoluto de la colonia que le dio la vida.

Un cuarto de millón de murciélagos carniceros lo observaban conforme ingresaba a la caverna, pero sus llamados que eran compresibles para estos, se percibía inseguridad, temor, miedo, de ellos.

—its'its...

Pequeños chirridos constantes y rápidos, con patrones únicos habían solo dos o tres sonidos básicos, pero la frecuencia, la cantidad y el volumen de estos creaban los significados. El lenguaje del murciélago carnicero estaba limitado por su limitada capacidad sonora, pero aún así tenían una gran capacidad de significados.

Describir en su totalidad, todos los sonidos que tuve emitir para comunicar su mensaje, sería eterno, pero en vuestro lenguaje se entendería de la siguiente manera:

"Hermanos míos, mi cuerpo no se parece tanto a ustedes, pero han igual que ustedes nací de su sangre, falta tiempo para que lo reforme por completo, pero ya he visto las tierras que habitan nuestros enemigos, tienen razón, son un peligro, pero se equivocan si creen que el miedo nos protegerá, debemos enfrentarlos destruir a todos los que habiten el mundo, porque vencerlos no será suficiente, esos seres comen todo tipo de bestias y aunque podemos mantenerlos lejos no será suficiente, pues nos dejaran sin comida mientras los hombres existan nuestra estirpe no estará a salvo".

Asi Jachi se iniciaría a preparar para volverse lo que creía que sería el mayor terror que los kugala jamás habían visto.