Perdón por la tardanza :(
Cuanto más leía el mensaje tenía más que claro que no pensaba contestarle al mensaje, bueno al menos eso es lo que mi cerebro decía, porque mis dedos hacían lo que les daba la gana a ellos y comenzaron a escribir un bonito y provocador mensaje lleno de malas palabras, que como soy una cobarde guarde en borradores sin enviar. Seguro que me estaba salvando a mí misma de una discusión que no llevaba a ningún sitio. Finalmente bloqueé mi móvil y lo dejé debajo de mi almohada.
Me tumbé en la cama mirando el techo, suspirando pesadamente y pensando en porqué el idiota se empeñaba en seguir torturándome si ya me había dejado claro que yo no le interesaba lo más mínimo. Y cuando digo claro me refiero a que me lo repitió hasta la saciedad cuando íbamos juntos al internado. Cada vez que pasábamos un buen rato juntos él se acobardaba y decía que nunca se volvería a repetir. Pero el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra…
Cuando me encontraba ya cansada de pensar y de comerme tanto la cabeza decidí que la mejor solución sería ponerme los cascos y encender la música al máximo volumen que fuese posible. ¿Qué haría yo sin mi música? Pues nada porque la música, además del deporte, eran todo para mí.
Sonreí cuando empezó a sonar una canción que últimamente me tenía obsesionada, ready to run y me puse a cantar como una auténtica loca porque eso es lo que me pasaba a mí, estaba preparada para salir corriendo.
This time I'm ready to run (RUN!)
Escape from this city and follow the sun
Cuz I wanna be yours don't you wanna be mine
I don't wanna get lost in the dark of the night
This time I'm ready to run (RUN!)
Wherever you are is the place I belong
Cuz I wanna be free and I wanna be young
I'll never look back now
I'm ready to run
No soy consciente de cuando pasó pero tras escuchar algunas canciones me quedé profundamente dormida hasta prácticamente el mediodía del día siguiente. Está claro que mis padres por miedo a que los matara no me habían despertado para desayunar pero al menos me dejaron algo de comida en el microondas y una bonita nota diciendo que se iban a comer con unos amigos a un restaurante. Obviamente como cualquier adolescente normal ignoré la sanísima comida que me había hecho mi madre y llamé para encargar una pizza barbacoa, mi favorita.
El chico de las pizzas, y le llamo chico por no llamarle el tío bueno de las pizzas, llegó a mi casa tras 40 minutos por lo que, además de alegrarme la vista, la pizza me salió gratis. Estaba teniendo un buen día hoy. Para que el día fuese mejor, bloqueé el número del idiota y guardé el número que el pizzero me había dejado en una nota.
Supongo que dos días es el tiempo que te dan de margen tus vecinos para ir contando que estás de vuelta en el pueblo por lo que decidí llamar a mis viejos amigos antes de que estos pensaran que no quería saber nada de ellos. Mi grupo de amigos se llamaba Ohana. Ohana significa familia y nuestra amiga “la hawaiana” pensó que sería un bonito nombre y ninguno fuimos capaz de llevarle la contraria a la dulce niña. Éramos un grupo pequeño, 4 chicos y 4 chicas y se redujo un poco cuando yo me fui. Me hizo ilusión que mis vecinos Mara y James se hubieran hecho amigos de mis viejos amigos pues así no tendría que dividirme para pasar tiempo con ellos. Todos acudieron a la reunión menos mi mejor amiga, no es que Lydia me odiara sino que se encontraba en algún tipo de reunión familiar rara muy común en su familia y nos veríamos esa noche. James, aka mi vecino, siguió ignorándome un poco pero cada vez hablaba más conmigo por lo que creo que no es que me odie sino que es solo tímido.
Me despedí de mis amigos y me fui a casa a empacar una bolsa para ir a dormir a casa de Lydia, solo esperaba que mamá no estuviera muy enfadada por no comerme las verduras.
Me encontraba delante de la puerta de la casa de Lydia (después de que mamá me advirtiera de que moriré de un ataque al corazón por colesterol a los 27) esperando a que la vaga de mi amiga moviera su culo del sofá y viniera a recibirme después de 8 meses sin vernos. Os podéis imaginar como fue el recibimiento, una salta encima de la otra, las dos nos caemos y rodamos por el suelo haciendo la croqueta, muy normal todo.
Aunque hablábamos todos los días por whatsap, Lydia me obligó a contarle todo sobre mi estancia en el internado y sobre mi relación con Voldemort (creo que estaba exagerando en el jueguito de no decir su nombre) y yo la obligué a ella a contarme todo sobre sus numerosos ligues ya que mi mejor amiga era algo así como una top model mientras yo tenía una belleza más extraña a lo Cara Delevigne, ni en tus sueños más salvajes Aria, me repetía mi subconsciente.
Comimos, nos hicimos mascarillas, cotilleamos, gastamos bromas, es decir, hicimos todo lo que pone que hay que hacer en los manuales de fiestas de pijamas.
También tuvimos una conversación sobre chicos: sobre el idiota, sobre mi vecino James, sobre el pizzero… En un ataque de locura Lydia me robó el móvil y decidió mandarle un mensaje flirteando al chico de las pizzas, con tan mala suerte que se lió con los nombres y terminó mandándoselo al idiota
‘esta mañana no sé si estaba más buena la pizza o tú, deberíamos repetirlo, mi amiga Lydia está soltera por si te gustan las mujeres de dos en dos ;)’
Cuando leí el mensaje ya era tarde para pararlo, bienvenida tercera guerra mundial.
ESTÁS LEYENDO
Mientras tú no aparezcas
Novela JuvenilPuedes escapar de todo menos de ti mismo. Puedes tratar de engañarte pero nunca conseguirlo. Puedes jugar con hielo y con fuego pero al final ambos queman. Elige, pero elige bien o todo termina... ¿Mi nombre? Aria Brannan ¿ mi historia? La de una ch...