Mientras tú no aparezcas

Capitulo 2

Hola guapas y guapos, aqui estoy otra vez de vuelta, prometo ue actualizaré todas mis novelas un par de veces a la semana,  solo votad y comentas, es gratis <3.

Dirigí un último saludo a mis nuevos vecinos y me apresuré a cambiarme de ropa a mi conjunto de futbol del Chelsea futbol club. Después de revisar mi vestimenta y mi pelo y todo mi cuerpo en el espejo bajé las escaleras y me detuve antes de llegar a la puerta principal, casi me olvidaba de decir adiós. Caminé hacía la cocina donde mi madre estaba preparando alguna de sus deliciosas especialidades culinarias, Dios como había echado de menos mi casa. “Hola mami” dije besando su mejilla y abrazándola por la espalda “no me esperes para merendar porque voy a ir a jugar un rato a fútbol con los vecinos” le dije y caminé hacia la puerta trasera riéndome de la cara de no creerse nada que había puesto mi madre. ¡Ni que fuera antisocial!, quizás un poco recluida socialmente pero antisocial no…

Salí corriendo de casa y rodeé el patio trasero y en lugar de entrar por la puerta, como toda la gente normal, pues yo salté la valla, haciendo una entrada triunfal. Me dirigí hacia donde estaban los noruegos, llamados así por los ojos y el pelo… que os lo tengo que explicar todo, y los saludé con la mano.

“esto… yo no se si te has dado cuenta vecina pero esto era un partidillo informal Miss Neymar” – el mayor de ellos me dijo riandose, como está claro.

“no les hagas casoa mis hermanos, son un poco idiotas.” La chica me dijo “por cierto yo soy Mara, él es mi mellizo James y el idiota es  nuestro hermano mayor Jared” – me presentó y yo saludé a todos.

“pues yo soy Aria, Aria Brannan, la vecina de al lado pero vamos que yo he venido a jugar no a contaros mi vida” – dije con toda mi simpatía, que es cero.

Ellos se rieron conmigo, o de mí, y nos pusimos a jugar en el improvisado campo de fútbol de mis vecinos. Estuvimos corriendo, pateando un balón y metiendo goles durante al menos 45 minutos, se que estais pensando que nos metieron una paliza pero no, mi Mara y yo ganamos a los hombres Smith 3-2.

“pero… ¿Dónde aprendiste tú a jugar al fútbol de esa forma?”- Jared preguntó sorprendido. Me reí de sus caras y sonreí suavemente. “Jugaba al fútbol en mi internado, era la capitana en el equipo de Harold’s y bueno el año que viene iré a Princeston con una beca deportiva”- les conté

“¿Harold’s como Harold’s el famoso internado de Miami? Dios mío tu eres increíble, eso es increíble”- Jared dijo excitado, James solo afirmó tímidamente. Me reí simpáticamente y solo negué con la cabeza “solo juego bien, tampoco soy un genio”- contesté.

Pasé toda la tarde con los vecinos, que incluso me invitaron a cenar, los Smith eran una familia muy simpática, tengo la sensación de que seremos buenos amigos. Después de la gran barbacoa que nos preparó el señor Smith me retiré y me fui a casa a dormir que ya estaba bastante cansada después del viaje y de todo el fútbol.

Me dirigí a casa y me tiré en el sofá donde estaban mis padres “mamá, papá estoy muerta de sueño por lo que me voy a ir a la cama  durante los próximos dos días, por favor no me despertéis a no ser que se esté acabando el mundo”- les dije y besé sus mejillas. Mis padres me miraron con una cara un poco extraña pero yo solo me reí y corrí hacia mi habitación tumbándome en la cama.

Después de 10 minutos conseguí moverme de la cama para ir a ponerme el pijama. La ventana de mi cuarto se encontraba frente a la ventana de James, saludé a mi nuevo amigo y el solo movió la cabeza en forma de saludo y entonces cerró la ventana. Me quedé con cara de idiota, sinceramente no sabía que pasaba con James, no sé si es que es tímido o es que directamente me odia. Sip, soy un amor y voy conquistando el mundo, Sip, también domino perfectamente la ironía.

Tras mi charla maquiavélica conmigo misma contra el espejo me tumbé mi cama y abrí mi móvil. ‘Se te está convirtiendo en una manía esto de no contestarme los mensajes, me tienes preocupado ;)’- me había whatsapeado el idiota, como si él pudiera preocuparse de nadie que no fuera él…