Capitulo 1

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*Nota*

Hola, soy María y estoy de vuelta por W con esta nueva historia, no es un fanfic pero no me importaria prestarla si alguien quisiera adaptarla.  La trama de la novela será muy interesante y intentare añadir muchas risas y también lágrimas, el primer capítulos es solo introductorio por lo que  puede resultaros menos interesante pero la cosa mejorará y no os decepcionará, os lo prometo

Ayden comenzaba a impacientarse a medida que escuchaba el TIC TAC del reloj. “ Aria o bajas ya o yo me voy sin ti” – Ayden protestó alzando su característica voz grave.

“ ¿Quieres callarte ya idiota? – Contestó James en un tono más bajo pero todavía audible para mi que estaba escuchándolos escondida tras una columna. “ No tengas prisa preciosa esperaremos por ti todo lo que haga falta” – Añadió este con su típica calida sonrisa.

“Claro que si Jamie si total este cometa pasa solo cada 25 años, podemos esperar al siguiente”- Ayden murmuró sarcásticamente mirando el reloj y cruzando los brazos sobre su pecho.

Terminé de recoger todo y comencé a bajar las escaleras “ya por favor callaros y dejad de discutir o no ire con vosotros a ningún sitio, excepto a la puerta, y será para patear vuestros culos fuera”- Yo les contesté suspirando y llevandome las manos a la cabeza cuando llegué al salón. “ no os preocupeis todavía es temprano chicos y solo tenemos que ir al bosque no a Atlanta”- Les sonreí y besés sus mejillas

No dejo de pensar en que me meti en un lio muy gordo cuando decidí que los dos chicos que más se odian de todo Norte America compartieran un fin de semana conmigo.  Ayden y James conseguirían volverme loca y lo peor de todo es que me lo gané yo solita. ¿ Como y cuando empezó todo?

Si un día cualquiera llegan  tus padres y  te ofrecen un plan maravilloso no lo aceptes, no será maravilloso en realidad. Antes de empezar mi último curso en el instituto mis padres me ofrecieron la oportunidad de ir al prestigioso internado Harold’s que se encontraba en alguna parte de Florida. En principio la idea no me pareció mala porque Alabama estaba cerca y siempre podría pasar las vacaciones en casa... Pero me estoy desviando del tema, el internado no importa, Harold’s fue como cualquier internado normal, amigos, enemigos y un chico que me vovía loca... y no en el buen sentido, lo que importa es todo lo que pasó después.

Tras todo un intenso, intenso sin exagerar, curso (con sus preciosos y largos 8 meses) en el internado ya tocaba volver a casa para pasar las vacaciones y después del verano comenzar la vida de universitaria, no podía esperar para volver a casa, sweet home Alabama.

Era el último día de curso y me encontraba en mi habitación empacando mis cosas y esperando que por algún casual el idiota apareciera, aunque sabía que nunca lo haría. Hay personas a las que su orgullo no les permite aceptar la derrota... el idiota es una de ellas, mejor dicho él inventó ese dicho. Le llamo el idiota porque es el bonito apodo que le di el primer dia cuando, haciendo skate con el dichoso long, me tiró encima el café. Honestamente no tengo ni idea de  como me siento acerca de que él se despida o no se despida de mi  ahora mismo. Terminé de recoger todo, y tras decir adios a todo el que me encontré en mi camino, me dirigí al taxi que me esperaba en la puerta. Desde la puerta del internado se podía ver su habitación y a él fumando come todos esos dias durante todo el año, pero una vez más me ignoró. Monté en el taxi y le di al corpulento hombre que conducía  la dirección de la estación de autobuses. Unas 6 horas después me encontraba metiendo todas mis cajas en el maletero del coche de mis padres y unos minutos después llegando a mi añorada casa tras cuatro meses de ausencia. Todo el viaje se resumió en mirar por la ventana y suspirar mientras alguna canción de Arctic Monkeys sonaba en mi Ipod.

Cuando llegué comencé a descargar todas mis cajas y apilarlas en un rincón de mi cuarto donde esperarían hasta que la pereza desapareciera de mi cuerpo y me dignara a desempacar. Tras una refrescante ducha y un cambio de ropa decidí que quizás un frapuccino del viejo tio Mario  sentaría bien a mi adormilado cerebro, asi que alli me dirigí.

Cada rincón de la pequeña ciudad había permanecido inamovible, siempre que alguien me preguntaba de donde era you respondía : “ soy de Good Hope, es un lugar picturesco”, que era la forma de decir que alli nunca pasaba nada y si tenías menos de 60 años estabas condenado al aburrimiento infinito.

Me senté en la cafetería mirando por la ventana y escuchando algo de The Ramones en mi Ipod... si, lose, no es una música muy normal para una adolescente del siglo 21 pero ese grupo es verdaderamente bueno. El tio Mario hacía unos cafés que estaban casi tan buenos como Mario III, su nieto.

Después de una sesión de babeo extremo por el café y por el morenazo de Mario me volví a casa. No pude nada más que sonreir a ver el jardín de la señora Carton con sus setos con formas raras que parecían podadas por Eduardo Manostijeras. Cuando llegué al porche del señor Taylor, nada parecía como había sido hace unos meses.

” ¡ Papá! ¡Mamá!” – grité. “Alguien puede decirme qué ha pasado con el porche del señor  Taylor”- pregunté con un pequeño puchero.

 “ Cariño el señor Taylor falleció de un paro cardiaco... su casa tiene unos nuevos dueños”- contestó mi madre tiernamente.

“p-pero... e-el señor Taylor no era tan m-mayor y estaba fuerte como un roble...” – dije triste

“cariño el tio Mike tenía problemas del corazón,  los médicos no pudieron salvarle”- Añadió suavemente mi padre.

Miré a mis padres y asentí lentamente “ creo que algún día ire al cementerio a llevarle flores”

“Es una buena idea cariño, quizás algún día también puedes ir a conocer a los vecinos, sus hijos son un par de mellizos que tienen más o menos la misma edad que tú, y además tienen un hermano mayor, los dos chicos son muy guapos” – Mi madre dijo, en sus palabras podía notar la ilusión que tenía porque hicera amigos. Mamá no soy una antisocial, fue lo que pensé para mi misma y rodé mis ojos. Subí a mi habitación y revisé mi preciado movil, el cual se había quedado sin batería por la mañana, tenía un par de mensajes, el más destacado el del idiota.

“No deberías irte sin despedirte fea, desde mi ventana solo pude verte el culo, y menudo culo...”- decía su mensaje, como es normal lo ignoré, si quiere hablar conmigo ya me llamará. Este chico era muy tonto, muy bipolar y me volvía muy loca. Me tumbé en mi cama y miré por la ventana, se veía a los nuevos vecinos jugando a la pelota en el patio trasero de su casa, y eran guapos, muy muy guapos.

“ ey vecinos ¿ puedo jugar?”- grité repentinamente causando que todos miraran arriba

“s-si claro baja y unete a nosotros....”- dijo el más alto y guapo de todos los que había en el patio, tenía mucha suerte al vivir rodeada de rubios de ojos claros...

Mientras tú no aparezcasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora