Prologo

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El tiempo ha pasado, y aún no puedo creer las terribles experiencias que he vivido en un lugar apartado de la sociedad. Los padres deberían amar y aceptar a sus hijos tal como son, pero en mi caso, parecían querer "curar" algo que no es una enfermedad. Una enfermedad se puede curar con medicina, algo temporal. Pero lo que soy es parte de mí, y no se puede cambiar con pastillas.

El día en que les confesé a mis padres que soy gay, su reacción fue devastadora. Empezaron a llevarme a un psiquiátrico y a darme medicamentos, como si pudiera cambiar mi orientación sexual modificando mi forma de pensar. Soy Eliot, un chico con cabello castaño, ojos verdes y una sonrisa que dicen que es hermosa. Junto a mi amigo Carlos, de cabello café rizado y ojos miel, de 1.72 metros de altura, nos enfrentamos a lo peor en este lugar.

¿Creían que la medicina podía "curar" ser gay? En realidad, solo adormece tu mente por un tiempo, pero al final vuelves a ser tú mismo. Mis padres intentaron de todo para "curar" lo que consideraban una "enfermedad". Luego, un hombre apareció y les habló de un campamento que, según él, "curaba" a personas como yo. Mis padres no dudaron en enviarme, desesperados por lo que creían que era lo mejor para mí.

Hablé mucho, les dije que no necesitaba ser "curado", pero no me escucharon. Se acerca noviembre y saldré de la escuela de vacaciones, pero sé que no serán unas vacaciones agradables, ya que estaré atrapado en ese infierno.

Espero que esta historia les llegue al corazón, ya que está basada en testimonios reales de jóvenes que han vivido situaciones similares.

El campamento Homofobia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora