HERÓNIMO
La bandera de la metalúrgica con sus colores bermellón, plata y negro se puede ver como flamea a media asta desde su alto, cuando ingresas al predio cumpliendo su respeto y luto llegando el lunes.
El coche de la empresa conducido por el chófer, me deja a los pies de la escalinata principal del Holding, pero mi ademán en alto lo detiene de salir y abrir mi puerta trasera para mí.
Lo hago yo mismo formulando que siga su marcha, ya que a mis clases en la universidad lo haré como estudiante normal tomando el autobús calles más abajo.
Con mi pie en el primer escalón mientras acomodo mejor de mi hombro la mochila que cuelgo, imposible y como siempre sin nunca cansarme de ello, observo todo lo que compone TINERCA como la altura y dimensiones con sus 30 pisos del edificio principal.
Y subo con largas zancadas y de dos en dos los peldaños, apurando mis pasos.
No hay mucho movimiento, porque permanecerá otro día más cerrada al público como a cada activo de la planta sea comercial o productiva.
Solo encontrando la seguridad correspondiente y desde la lejanía, algún auxiliar de turno como José tras la gran y doble puerta de vidrio principal, que al notarme apura para abrirla por mí.
Un hombre casi de la edad de papá y encargado de ello, muy amable como servicial, cual agradezco su gesto al pasar por su lado.
El hall de entrada, aún parece más grande con su enormidad al estar vacío de almas mientras me dirijo a uno de los ascensores mirando ambos extremos.
Solo yo y la compañía del sonido de las puertas de metal y acero esmerilado, abriéndose del elevador con su baja y suave música funcional de fondo y como cortina de todo, con el bip anunciando mi destino al apretar el botón número 30.
El recibidor del piso de papá, también se encuentra sin gente.
La mesa de recepción igual como el salón de reuniones en su frente.
Pero la puerta de la oficina abierta en su totalidad, me acusa que papá está dentro y apuro mis pasos con un ligero trote, el largo del corredor haciendo a un lado mis putos rulos que por el movimiento tapan mi visión.
Para encontrarlo de pie frente a su escritorio con un manojo de papeles en una mano y la otra en su cintura, mirando otra media docena de hojas que tipo abanico una al lado de la otra sobre la superficie de la mesa, lee concentrado.
Su saco de vestir sobre el respaldo de uno de los sillones como su camisa, ya lejos de una corbata y abierta varios botones de cuello, delata lo que ayer noté.
Que papá no vino a casa a dormir y pasó la noche acá, como me dijo mamá.
Y me apoyo por solo un momento contra el marco de la puerta, para mirarlo a mi placer y todavía, sin que haya notado mi presencia por estar absorto en sus pensamientos o mierdas de reflexiones.
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Herónimo Vincent Mon, mi origen®
Ngẫu nhiênMi historia. Desarrollada muchos años antes de los eventos actuales, cual me conocieron. Mi adolescencia y juventud. El inicio de un fin para decirlo de alguna manera, con el nacimiento de mis horas más oscuras. Vas a reír. Me vas amar. Te vas a emo...