Los años que no tengo

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POV DRAKE:

Hace una semana lo tenía todo.

Era un dámaro de la élite, con el poder de volverme invisible e invisibilizar a otras personas y objetos. Era atractivo, joven y popular. Era amado por mi familia y por mi novia, una de las dámaras más guapas y poderosas de la escuela. Las cosas me iban bien, hasta que el roce de una mano y la llegada de un estudiante nuevo han puesto mi vida patas arriba.

Tori Baker, a la que todos en la escuela apodamos como Gay Maker, porque su piel tiene el peculiar poder de transformar en homosexual a quien roce, me tocó hace una semana por accidente.

No sé si es el destino o una retorcida coincidencia, pero ocurrió el mismo día que Kyle Dobrev llegó a Dámara.

Kyle Dobrev. Pelo rubio platino siempre despeinado, alto y delgaducho, personalidad desinhibida y peculiar, y unos ojos que podrían llevar a cualquiera a la locura.

—Sea lo que sea lo que te pasa podemos arreglarlo, Drake —me había dicho esa mañana Lara Sorensen con lágrimas en los ojos.

¿Cómo le explico que el chico del que se enamoró ya no existe? Que ya no amo su pelo ni la curva de sus caderas. Que no he sido capaz de quitarme a Kyle Dobrev de la cabeza ni un puto instante. Que mi corazón va a salírseme por la boca cada vez que me mira.

¿Cómo le explico el infierno que estoy viviendo, imaginando el momento en que todos descubran que Tori me ha cambiado para siempre? Imaginando la cara de mis padres, de mis amigos... ¿Cómo le explico esa dulce pesadilla? La euforia que supuso rozar los labios del Kyle, recibir mensajes de él, permitirme a mí mismo tocarme por primera vez pensando en él, como una intoxicante y aterradora revelación de mi heterosexualidad perdida.

Estoy aterrado y a la vez... y a la vez nunca me he sentido tan vivo. Kyle es la persona más fascinante que he conocido jamás. Me pregunto que hubiera sentido por él si Tori no me hubiera transformado, creo... creo que le hubiera amado de todas formas.

Le veo entrar en el servicio masculino entre clase y clase. Anoche me marché se su apartamento de malas formas. Había ido a rogarle que parara lo que fuera que estuviera haciendo conmigo. Estaba seguro de que su hechizo sobre mí era parte de su poder, pero él me desveló que no tenía tal poder, y que era Tori la que me había tornado gay. Mis sentimientos por el eran daños colaterales.

Me derrumbé tras esa revelación. Había estado tan seguro de que me estaba haciendo algo con sus poderes, haciéndome perder interés en Lara, atrayéndome hacia él como una polilla a la luz. Provocándome sentimientos que jamás había tenido por ningún hombre.

La realidad me había chocado lo suficiente como para marcharme de su apartamento dando un portazo. El poder de Tori era irreversible, al fin y al cabo, la chica había transformado a sus propios padres en homosexuales terminando su relación con su mero nacimiento. Estaba seguro de que mi vida había terminado.

No había pegado ojo en toda la noche. Nunca me he parado a pensar en lo que significa ser homosexual en un mundo que lo condena. En un mundo que asegura que los sentimientos más bonitos que se pueden tener por otra persona son una aberración perversa.

De forma objetiva, siempre he sido consciente de lo ilógico que supone tachar el amor, la pasión y la admiración de pecado. ¿Cómo puede ser malo amar a alguien? ¿No es una incoherencia en sí misma la negativización del amor?

Cuando la sociedad hace apogeo del odio y condena del amor, hay algo en ella profundamente podrido.

Los humanos nos llevan una gran ventaja en este terreno. Entre los más jóvenes, empieza a haber tolerancia y respeto por todas las clases de amor, y la lucha por los derechos de las personas LGTB está a la orden del día. Se debate constantemente si está bien, si está mal, si pueden casarse, tener hijos... cuando estos debates no deberían siquiera existir. Que osadía la de opinar sobre la vida sentimental y sexual de otros, como si nos perteneciera, como si nos afectara. Se me asemeja a ir a la casa de tu vecino después de la cena y prohibirle que vea un programa en la televisión sobre cocina porque a ti te gusta más esa otra serie de policías. Claro, cómo eres mejor que tú vecino, te crees con derecho de organizarle la vida y los gustos Así de ridículo debería sonarnos decirle a alguien con quien debe acostarse, casarse o formar una familia.

ESCENAS EXTRA DE MI PIEL DAMARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora