puedo sentirte pasar iluminando tiempo.
puedo mirarte a los ojos sin tenerte aquí.
puedo advertir una leve inclinación en tu cuello.puedo tomar tu mano con parsimonia,
y seguramente encontraría en ella
una eternidad profunda y pacífica,
un destello dorado que concentra todos los tiempos.puedo describirte
como a luz opaca;
sirves de fanal
como yo sirvo de mendigo.vivo ver tus ojos,
porque verlos mata
y seguramente prefiero morir contigo.porque soy un solitario,
un sabio de nada.
mi única certeza
era el color del trigo.porque vago por mi barrio,
buscando olvidadas
miradas, aves, cielos
y paisajes corrompidos.la noche es helada,
eterna del frío.
en el firmamento
advierto la literatura.en tu semblante siento
vientos y blancura,
tu piel es el cielo
donde palpo la tristura.tu pupila oculta
leves escrituras;
tu mirada es
un pasaje al infinito,y solo de ida,
porque conocida
la fuente de tu vida
salida no necesito.porque tengo tanta imagen,
y tan poco verso.
tanta sinestesia
para nula habilidad.y me mantengo al margen
de tu universo,
porque no hay palabra
afin a tu cualidady sin embargo,
podría decir que eres los colores,
y las flores acompañan tu existencia atemporal.que la acrópolis brillante,
mientras la recorres,
silenciosa se perfila
con el cielo virginal.