—Actúen con calma —nos dijo Julie—, no nos pueden arrestar.
De todas formas no era precisamente hacia nosotras que venían, sino que siguieron de largo hacia la calle. Solté un suspiro de alivio al ver eso, porque por un momento creí que de alguna forma alguien se había dado cuenta y nos iban a arrestar por acosadoras.
Lo que vino después me dejó con la boca abierta: las patrullas se detuvieron frente a la entrada del callejón y los policías comenzaron a entrar. Mire a las chicas y no esperamos más. Todas sacamos nuestros teléfonos y cuando los desbloqueamos los pegamos a nuestros oídos, apuntando la cámara en dirección a la escena para grabar todo.
¿Por qué? Pues porque justo después de escuchar ese ruido en medio del callejón, los policías aparecen y entran, no es coincidencia. Y Lohhan estaba ahí, y él era conocido de Matthieu. Por lo tanto, teníamos que saber sobre él y lo que hacía, tal vez hasta sea una mala influencia para nuestro querido Matt.
Nat se quedó sentada inclinándose más adelante para poder grabar. Zoé estaba parada al lado de ella y recostada en la pared con un semblante serio, como si le estuvieran dando una mala noticia.
Me puse más adelante, como si fuera a cruzar la calle, y hacía gestos como si estuviera perdida, preguntando a alguien por el teléfono. Mientras que Julie fingía risas, mirando el puesto de periódicos que estaba casi a la esquina.
No veía muy bien lo que pasaba, ya que actuaba como una viejita ciega que no sabía a dónde iba, pero si Lohhan no se escondía o salía de ahí atravesando paredes, estaría en problemas. Siempre los ha tenido, pero nunca lo habíamos visto involucrado con la policía en el mismo lugar.
—¿Pero, qué...? ¿Otra vez?
Apreté el teléfono a mi oreja y miré hacia atrás unos segundos, el señor de la farmacia nos estaba mirando, principalmente a Zoé y a Nat que estaban más cerca.
Me reí porque ya estábamos varios minutos frente a su negocio y no entrábamos, parecíamos vagabundas o esos vándalos, tapando la entrada.
—Shh...—le siseó Nat, tirando su cabeza hacia atrás y mirándolo aún sentada— Le compraremos algo, denos unos minutos.
—Voy a llamar a la policía.
—La policía está allí —le señalé haciendo un gesto con la cabeza. Él miró a esa dirección unos segundos frunciendo el ceño.
Yo también miré de reojo, estaban las dos patrullas afuera y los policías estaban aún dentro. Me pareció raro que no se haya quedado aunque sea uno, para asegurarse de que alguien se escapara o algo así, pero bueno.
—Vinieron desde que sonó una alarma —le dijo Zoé, hablando como si fuesen compinches. Ambos estaban de pie, pero mi amiga se veía pequeña a su lado, ya que estaba sobre la acera—. Eso sí, no sabemos de dónde vino.
—Creo que van a arrestar a alguien —le dije mirándolo de reojo. No sabía porque con exactitud, pero la policía no aparece porque si, después de sonar una alarma.
—No vaya a interrumpirlos por esto —habló Julie, mientras soltaba un periódico y tomaba otro. No se había movido, pero nos miraba y escuchaba la conversación.
Él nos miró a todas nuevamente y resopló. Cuando volvió a entrar nosotras reímos y nos miramos con una sonrisa.
La policía tardó unos minutos más en irse y para nuestra sorpresa no se llevaron a nadie, es más, solo entraron, duraron unos minutos y se fueron. Ni siquiera oímos un disparo. Bueno, ¿Por qué deberíamos oírlo? No había pasado nada raro, al menos yo no había visto nada, y no es como que las personas que estaban allí dentro estuvieran involucradas en algo ilegal.
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El candidato perfecto © ✔ EN AMAZON
Short StoryNat se envuelve en una obsesión por un chico junto a su grupo de amigas. ¿Su objetivo? Que salga con una de ellas. ¿El problema? Algo anda mal con todas. *** Todos los derechos reservados.