Capítulo V

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Las palabras cargadas de veneno de Niel Leagan rondaban en la cabeza de Terry.

El Castaño se negaba a creer que todo aquello fuera cierto; su Candy no podía ser la misma desgraciada mujer que cinco años atrás lo humilló de aquella manera.

Eran dos personas completamente diferente, su Candice era dulce, tierna, sincera,  amorosa, la otra Candice en cambio era perversa, maquiavélica, coqueta y calculadora.

Terry bebió de su copa de vino mientras aguardaba en un exclusivo restaurante del centro de Manhattan en donde se reuniría con un posible prospecto interesado en adquirir la residencia de su madre ubicada en una de las zonas residenciales mas exclusivas de aquella cuidad.

Cerró los ojos mientras el frío liquido pasaba por su garganta y recordó cada una de las palabras dichas por aquel miserable, a quien había esperado pacientemente en las afueras de la Universidad, luego de ver con sus propios ojos la manera como acosaba a Candy mientras esta se dirigía al interior de la Universidad.

Su sangre hirvió y deseó ingresar al complejo estudiantil cuando sus ojos azules vieron como aquel hijo de puta intentaba besar a Candy a la fuerza.

—Señor Grantchester.

Una voz a espalda de él hizo que saliera de sus cavilaciones.

—Si —respondió Terry poniéndose de pie y girándose para ver a su interlocutor.

—Terruce Graham —eres Terruce Graham ¿ cierto ?

Terry observó a la joven castaña frente a él, su rostro le pareció familiar de algún lugar, pero no lograba ubicarla.

—¿Nos conocemos?

—Por su puesto —respondió ella efusivamente —mi nombre es Karen Klaiss, fuimos compañeros en la Universidad Cornel —se presentó la castaña

Terry comenzó a buscar en sus recuerdos hasta dar con una jovencita insolente de cabellos castaños que hacía rabiar a muchos maestros con sus impertinencias y con quien charlaba y realizaba trabajos en grupo

—Karen Klaiss —la mas insolente alumna de la facultad de arte —dijo Terry sonriendo.

—La misma —respondió Karen devolviendo la sonrisa.

Terry se acercó a Karen y tomó su mano para depositar un beso en el dorso de esta.

Luego de saludarla de manera cordial, Terry acomodó la silla de la castaña  y una vez lo hizo se sentó en una silla frente a ella y comenzaron a charlar.

Ambos detuvieron su charla en el momento que el mesero se acerco a ellos para tomarles la orden, una vez el mesero se retiró, Terry retomó la conversación.

—Qué sorpresa verte de nuevo después de tantos años Karen —dijo Terry —que ha sido de tu vida durante todo este tiempo —le preguntó.

Karen le dirigió una sonrisa antes de responder.

—Regresé a la Florida luego de graduarme, trabajé por unos meses en obras de teatro, luego me salió la oportunidad de adicionar para una serie de televisión —Karen sonrió  —fue pan comido para mí —sonrió una vez más —me quedé con el papel principal, de allí en adelante se abrieron nuevas puertas las cuales aproveché —suspiró —pero conforme el tiempo fue pasando me di cuenta que aquello no me llenaba, no era suficiente para mi —dijo Karen mientras bebía de su copa de vino —sabes no es lo mismo estar detrás de una cámara actuando que sentir la adrenalina del público, escuchar sus jadeos con cada escena, escuchar sus aplausos luego de terminar cualquier acto, interactuar con ellos al final de cada obra —sonrió —eso es lo mío.

Dulce VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora