Primer libro: Anhelos prohibídos

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Observó el humeante platillo frente a él, el aroma delicioso y reconfortante que hacía a su estómago gruñir con mayor fuerza. El hombre frente a él le miró dulcemente—: Vamos, come. —Wei Wuxian desvió la mirada, volvió su mirada a los suaves y amables ojos violáceos del hombre de elegantes ropas.

—¿Quién eres, amo? —preguntó el pequeño mientras movía sus dedos alrededor de la cuchara de madera frente a él.

—Mi nombre es Jiang Fenmiang, yo no soy tu amo, pero soy amigo de tu madre y padre— el hombre sonrió ante la dubitada expresión del niño, súbitamente tomó la cuchara, tomo un poco del arroz congee y lo acercó a su boca, Wei Wuxian observó la cuchara por un instante, después comenzó a comer. —Te he estado buscando, Wei Ying... por mucho tiempo.

Wei Wuxian viajó al lado del hombre de amable sonrisa durante dos días, cuando había llegado a una enorme mansión se cuestionó acerca del amo de ese lugar y pese a su duda y temor por la dificultad que su nuevo "padre" podría experimentar debido a gastar dinero en alimentarlo, le siguió hasta la cocina, donde le sirvieron una cálida sopa y un poco de jugo. Wei Wuxian devoró los alimentos una vez más, varias mujeres que ayudaban en el lugar acariciaron su cabeza o pellizcaron sus mejillas; Wei Wuxian no pudo evitar sonreír... la última vez que alguien había pellizcado sus mejillas había sido hacía varios meses atrás, cuando su madre y padre se habían despedido de él antes de ir de cacería nocturna y dejarle olvidado en aquella lejana posada en un lejano pueblo.

—A-Xian, ¿no quieres repetir? —Wei Wuxian observó a su nuevo padre, negó, asustado de hacer al hombre gastar aún más dinero del que ya había usado en él: ropas nuevas y unas botas ligeramente grandes para él.

—¿Quieres un poco de dulces? —dijo una anciana, Wei Wuxian se volvió a verla, después negó, tímidamente. Guardo silencio, como había aprendido en los últimos meses. —¿Un niño que no quiere dulces? —la anciana rio —¿Qué te han hecho vivir criatura? ¡Abre la boca! —automáticamente Wei Wuxian obedeció, y no pudo evitar reír ante el suave sabor del azúcar deshaciéndose en el interior de su boca.

Jiang Fenmiang sonrió, se inclinó hasta su altura y le entregó una pequeña bolsa con dulces —Toma, son tuyos. —Wei Wuxian negó. —¿No te gustan? —Wei Wuxian dudo, después asintió. —Entonces tómalos.

—P-padre —dijo suavemente Wei Wuxian; las mujeres en la cocina se miraron sin comprender, ¿¡padre!? —, el dinero es difícil de conseguir, no lo necesito.

—No te preocupes por eso. —Wei Wuxian negó.

—Y-yo... preferiría comer mañana también, padre... —Jiang Fenmiang desvió la mirada, sus ojos se humedecieron, recordando la duda en el niño siempre que le ofrecía algo para comer o vestir.

El líder de la secta Jiang acercó el niño hasta él y lo cargo en brazos, las mujeres dejaron de mirarse con sospecha, ¿habían escuchado bien? ¿el niño prefería comer mañana nuevamente? ¿un niño huérfano? ¿el líder de la secta llevaba con él a un niño huérfano que prefería volver a comer mañana que comer suficiente hoy? La anciana negó, ¿Qué clase de madre y padre podrían haber...?

—A-Xian, no tienes que preocuparte más, ¿escuchas bien? Más tarde almorzarás, después comerás y antes de dormir, cenarás. —el niño le miró sin cambiar su expresión. —No voy a dejar que vuelvas a carecer algo.

Aquella tarde Wei Wuxian comió junto a Jiang Fenmiang en los campos de entrenamiento, sintió la mirada extrañada de varios jóvenes sobre él, algunas mujeres le sonreían y acariciaban su cabeza. —¿Quién es el lindo niño omega? —preguntó un estudiante con alegre sonrisa. Wei Wuxian se escondió tras Jiang Fenmiang.

Contra el dictamen de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora