《Capítulo 03《

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UN AÑO ANTES, PENSILVANIA.

23 de diciembre, 2013.

Me encuentro lavando los trastes del desayuno junto a Juanella, otra interna que intenta sacarme charla mientras seco los vasos de lata.

-Yo la conozco a ella, desde antes de caer aquí. Su novio quiso darme un beso antes que ellos dos lo fueran. Le dije que no. Igual yo no saldría con él si le pide un beso a una amiga. Muy mujeriego. Para mí se quedó con ella porque yo no le dí el beso.
-Ah...
-A ella la manejó tanto que siempre pensé que ella le tenía miedo, quizá miedo de quedarse sola, no sé... no es tan bonita.
-¿Hablas de Peyton?-dejé de secar los vasos y me centré en mirarla fijamente.
-Sí.
-¿Y por qué debería escucharte hablar mal de mi amiga? Primero deberías aprender a lavarte los dientes.
¿Y quién eres tú para hablarme así?-pregunta indignada.
-La amiga. Y si no dejas de hablar mierdas, te voy a clavar el cuchillo en la cara.
Juanella me mira sorprendida y deja de hacer sus quehaceres para llamar a Teresa y alborotar toda la escena.

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Teresa me sonríe con pena. Abre la puerta y empuja mi espalda hacia dentro.

-Confiésate con el padre, para cuando termines podrás ir a tu cuarto.
Cierra la puerta y me encuentro con el viejo sentado. Tiene un rosario en la mano. Hay olor a naftalina en toda la habitación.

-Hija Leva. ¿Qué te trae por aquí?-sonríe. ¿Acaso has pecado?
-Tengo quince años. ¿Qué puedo hacer?-respondí de mala manera. Me siento en la silla negándome mirar sus ojos.
-Las acciones no son determinadas por las edades, Leva. Ahora cuéntame... ten por seguro que Cristo lo perdona todo.
-Si no es arrodillarme en choclo, es venir aquí. Ya lo sabe.
-Usted, hija mía, podría cambiar el tono sarcástico con el que se dirige hacia mi persona.

Silencio.

-Pero esta vez lo dejaré pasar. Sé que son cosas de la edad. ¿Quieres hablar de eso?-insiste.
-¿Cosas de la edad? No me pasa nunca nada.-miro hacia la biblioteca. Intento leer los títulos pero la vista me falla.
-Bueno pues... Claro que pasa. He notado que... te has... desarrollado. Eso afecta a tu persona interior.

Silencio.

-Te aconsejo que como huérfana de aquí, ocultes un poco los muslos. Para no dañar tu pureza frente a otros...

Logro leer "Mahoma su vida y su religión, de Tor Andrae".

-Claro que siempre entrando aquí, puedes subirte un poco más la falda. Sólo... sólo lo digo para que no tengas conflictos exteriores con otros internos.

"1602 Reina Valera Biblia Completa de Cipriano De Valera"

-He notado últimamente que también tus pechos... están algo....
-¿Terminaste?-interrumpo. Lo observo de frente. Sé que puedo hacer esa mirada fuerte que me caracteriza. Sé que puedo salir de esto.
-No hemos terminado esta charla, siéntate.-Ordena con un tono suave.
Camino lentamente hacia la biblioteca y saco un libro. Escucho que se levanta.
-¿Leerás?- oigo su voz aún más cerca.

Eso es...

-Sí. Me gustan las partes donde se habla del infierno...-respondo dándome la vuelta. Me encuentro al padre muy cerca de mi persona. Observo sus pervertidos ojos observándome descaradamente, como siempre lo hizo.
Le doy una patada en los testículos.

-Ojalá te mueras.-escupo.

Y escapo de allí.

Nadie Nunca Nada - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora