Aceptó el alcohol, lo pensó, dudó. Pero aceptó.
Las horas en la fiesta eran eternas, algunas personas ya se habían ido, otras quedaban sentados en el sofá casi muertos entre ellos Bambam y Jackson, Mark intentaba levantar al Chino para acomodarlo en su cama, no quería que este quedara en ese incómodo sofá, prefería que dormir ahí que ver a su querido Wang.
Bambam por lo tanto era un zombie, se notaba en su cara que los tragos se habían sobrepasado. Era gracioso verlo ahí, mientras Yugyeom se encontraba sentado en un silla con un dolor de cabeza insoportable.
— Pensaba que me ibas a dar algo suave, no algo mortífero para mi salud.— dijo entre un pequeño susurro para que el contrario no lo escuchara, pero falló su intento.
— No pensaba que eras tan débil ante el alcohol, lo tendré en cuenta para la próxima fiesta. Igual, era suave esa bebida, un roncola, por favor. Yo lo tomaba con quince años, y estaba mejor que tú.— siseó mientras observaba como Mark por fi pudo con Wang, fue rápidamente a ayudarlo con el chino para quejarse en silencio mientras lo llevaba hasta la habitación de su amigo.
— quince años y estaba mejor que tú.— imitó al mayor como tal bebé, levantándose de la silla para ir hasta su moribundo amigo, agarrándolo de la muñeca para posicionar su mano detrás de su cuello.— Bam, te llevaré a casa, mañana te voy a patear. — dijo esto para emprender camino hasta la salida del departamento, hasta que sintió aquella mano recorrer su muñeca.
— ¿tienes auto? Bambam vive lejos de aquí.— su facción era seria, perecía como si ninguna botella de vodka hubiera pasado por su boca, era increíble su forma de resistir el alcohol.
— no, no tengo auto. Pero yo vivo algo cerca... dormirá en mi casa no pasa nada.— dijo mientras soltaba el amarre para caminar hasta la puerta.
— Deja de ser tan niñato, déjame llevarte, Yugyeom. Bambam estará mejor en su casa con sus cosas, y tú en tu casa sin ningún borracho que te de la noche. Así que, te llevaré, no digas nada porque no te haré caso. Sígueme.— Adelantó al joven cogiendo unas llaves que se encontraban en la entrada, suponiendo que eran las de su auto. Lo siguió sin decir nada, sujetando a su liviano amigo mientras pasaba por el pasillo del edificio, agradeciendo que había un ascensor para bajar am garaje, su amigo era liviano pero al estar tanto tiempo con este sujetándolo, se le hacia pesado.
Y eso Jaebum lo notó, suspiró mientras cogía a Bambam, haciendo que este se subiera en su espalda, pellizcando sus muslos para que rodeara su cadera ante aquel contacto, y así, poder sujetar mejor al menor cual estaba completamente ebrio. Yugyeom no dijo nada, agradeció en bajo mientras se abrían las puertas del ascensor, saliendo de esta, siguiendo al mayor para ir directamente a su auto. No estaba tan lejos, Jaebum abrió la puerta de atrás para dejar a Bambam acostado, con cuidado.
— No te vomites.— Dijo en un susurro mientras cerraba la puerta de atrás, y abría la del copiloto.— Sube.
El menor sólo asintió y subió al auto, cerrando la puerta al estar dentro observando cada movimiento angular de Jaebum el como se subía, sus facciones, cuando encendía el auto. Se sentía curioso por este, era obvio que era atractivo aún así teniendo aquel rostro serio. Se colocó el cinturón cuando sintió la mirada entre el reojo del mayor, poniéndose un poco nervioso. Sentía su estómago rugir, de los nervios era algo raro, se estaba mareando un poco. Apoyó su cabeza en la ventanilla para así cerrar sus ojos, no se sentía completamente bien. Parecía ¿drogado?
Jaebum apenas lo miró y una sonrisa se asomó, hacia unas horas pudo contemplar aquel rostro que tanto le llamó la atención, el saber su nombre, y darle un vaso lleno de coca-cola y un poco de magia. Sí, Jaebum era tan hijo de puta que drogó al joven de una forma sigilosa e inteligente, desde que estaba en la barra él solo bebiendo aquellas bebidas, sabía que ese chico no se dejaría tan fácil. Era drogarle a él o acostarse con Youngjae. Sabía que drogarle no llevaría a nada o eso pensaba. Estaba loco, sí.
Llegó hasta el departamento de Bambam, dejando al joven Yugyeom descansando en el auto. Llevándose cargado al ebrio de su amigo hasta cogerle las llaves del bolsillo y dejarle recostado sobre el sofá echándole una manta por encima. Salió del departamento rumbo a su auto, moviendo al joven lentamente.
— No te duermas, dime en dónde vives.— sonrió mientras este abría los ojos.—
— Ehm, déjame aquí vivo a dos cuadras no hace falta, y gracias.. — dijo quitándose el cinturón, e intentando abrir la puerta, pero era en vano esta estaba con seguro. — ¿me puedes abri..
Sintió como este agarraba su nuca, para juntar ambos rostros en un sonoro beso, sintiendo como la lengua del mayor se adentraba por su cavidad bucal, explorando cada centímetro de su boca. Soltó un gemido ahogado por el beso, no se lo esperaba, poco podía hacer, estaba inmóvil, sus manos estaban atrapadas por la izquierda del adverso, joder era demasiado fuerte. Se sentía bien, estaba confuso. Todo se veía borroso, muy borroso.
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Aquellos gemidos se escuchaban por toda la habitación, el como sus cuerpos se chocaban entre sí. Sus respiraciones se juntaban, como aquellas sabanas se contraían. Quejidos, resoplidos, jadeos, gemidos... era lo único que inundaba aquel cuarto.
Jaebum posicionó al joven por debajo de él, para que aquellas embestidas fueran firmes y más profundas, besando el cuello del menor dejando leves marcas por la succión y mordidas que le proporcionaba. Amaba como su menor gimoteaba pidiendo más, el como le agarraba de los cabellos por el placer que sentía. Sabía perfectamente que el menor había cedido por la droga que este le había otorgado en la bebida, pero el terminar en un hotel follando el menor no se iba arrepentir de todos modos.
Yugyeom estaba consumido, aquel dolor que tenía anteriormente se había desvanecido cuando Jabeum lo empezó a tocar, a dominar. Era la gloria, nunca había estado de la forma más sumisa como lo estaba ahora, entregándose al completo a un desconocido. Sus piernas temblaban, sentía el climax, el cosquilleo en su vientres, dos, tres estocadas más y llegó a su límite. Corriéndose, manchando ambos abdómenes.
Jaebum lo sintió, sintió aquel líquido tibio por su abdomen, llegando él al orgasmo a los pocos segundos, dejándose caer encima del liviano cuerpo. Sintiendo como ambas respiraciones eran agitadas. Se quitó de encima, sentándose en la cama, tenía que decir que ha sido lo mejor del mundo. Pero prefería guardárselo. Se levantó para colocarse su bóxer junto a su pantalón.
— ¿A dónde vas? — Preguntó el joven observándolo atónito por la acción que estaba haciendo el contrario.
— Sólo una noche, precioso.— Dijo esto mientras se colocaba su camisa y cogía sus zapatos, agarrando sus últimas pertenencias para perderse después de salir por la puerta.
[...]
— Mierda.

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One night, nothing more. - Bgyeom.
FanfictionSólo fue una noche, una noche muy rara. La disfruté, pero él mismo me dijo que una, no más. - Actualizaciones lentas. - Capítulos medios. - Alto contenido homosexual. - Además del Bgyeom, hay otras parejas junto a Yugyeom.