Andy.
Años atrás;
—Repásalo una vez más —demande. Ella suspiró, estaba cansada y yo también, pero no iría a dejar que el plan se fuera de mis manos.
–No es necesario, lo tengo bajo control —protestó. No estaba seguro ni de mi mismo, temía por ambos y no era algo que podría expresar en voz alta porque debía mantenerme fuerte enfrente de ella.
—Repasa —demande nuevamente.
Tomó los planos con frustración, y empezó a releer todo lo que habíamos escrito durante estos meses. No había forma de que esto pudiese salir mal –si la había pero mi mente se conformaba con pensar en lo positivo– nuestro mayor robo, el cual estuvimos planeando durante mucho tiempo, si las cosas salían de acuerdo a lo planeado tendríamos demasiada plata.
—Te amo y no quiero perderte, así que repasa —hablé suavemente, casi susurrando cerca de su oído, aquello la calmo más. Se enojaba con frecuencia pero es una de las razones por la cual me enamore de ella.
Trinity y yo pasamos años escabulléndonos como unas ratas en el mundo, vivíamos de las cosas de los demás, dos almas que se encontraron por la misma razón; venimos de un hogar roto, sin padres, independientes de nuestra fracasadas vidas, esta era nuestra forma de sobrevivir.
Sin embargo temía por su vida, no por la mía, no me importaba morir. Mi alma realmente moriría si la perdiese a ella.
Es difícil cuando la pobreza te ataca, la simple respuesta del resto es; trabaja. No le veo nada malo a eso, y créanme lo intente demasiadas veces, pero la gente no acepta jóvenes como nosotros, nuestras apariencia no bastan, el mundo necesita mostrar cosas buenas y nosotros habíamos tocado fondo, éramos como dos ratas olorosas y hambrientas sin ninguna experiencia más que robar. ¿Quienes nos aceptarían de tal forma? Todo aquello afectaba a nuestra imagen, y para el resto no éramos nada.
La observaba en silencio, mientras veía como la poca iluminación de la ventana entraba y iluminaba su cabello rubio con sus mechas negras que logró conseguir cuando se robó un tinte en una tienda.
—Bien, es hora —agarre la mochila en donde habíamos cargado con cosas útiles. Tomé su mano y salimos.
Ajustamos nuestras armas, y salimos.
—Justo a tiempo —murmuré. En cuanto el auto freno enfrente de nosotros. Roma mi amigo y mi hermana se encontraban allí, vestidos de negro como nosotros, la sonrisa en ambos relucía tanto como la nuestra.
Los bocinazos sonaron, y ambos nos alentaban a entrar al auto —¿Vamos hacer esto o qué? —habló Roma, emocionado.
—Con gusto —tome de la mano a Trinity y nos subimos al auto.
La velocidad que manejaba Roma, era de otro mundo, pero me preguntábamos si llegaríamos vivos o todo terminaría antes debido a como manejaba. Roma logró robarle el auto a un empresario, cuando soltó la idea de que iría hacerlo ninguno de nosotros confiamos lo suficientemente en él, pero lo subestimamos demasiado, logró robar el auto y salir vivo.
Las clases de manejo fueron espontáneas, y todavía eso aún se nota, nadie le enseñó a manejar, él aprendió por su propia cuenta y eso es lo que más miedo da a la hora de viajar con él.
—Justo a tiempo —habló, y todos salimos del auto —Chicos ustedes ya saben, solamente tenemos cinco minutos, ni más ni menos —habló dirigiéndose a nosotros dos.
El banco, era un punto fijo que teníamos desde hace tiempo, solíamos bromear de cómo sería robar un banco, si realmente seríamos capaces de tal cosa. No creíamos llegar a ese punto, pero todos estábamos aquí, necesitados. Necesitando encajar con el mundo y esta sería nuestra solución.
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The black kingdom [COMPLETA]
Teen Fiction•El Reino negro• >La Paz se había ido, y solamente quedaba la guerra. Las víctimas se convirtieron en villanos, y la igualdad se había erradicado. ¿Qué vencería todas estas cosas?, ¿Habría libertad finalmente para Geraldine?, ¿O simplemente sería es...