18:22 PM

462 21 0
                                    


Los remates no me están saliendo bien. Lo sé, lo noto por cómo me miran todos. La expresión inquieta del entrenador Ukai, la manera que tiene el capitán de unir las manos sobre el pecho. Pero, sobre todo, la forma de colocar de Kageyama.

"Fácil, me lo está dejando muy fácil."

Estoy enfadado, frustrado, esto normalmente no lo hago así. Aunque no juegue con una buena técnica, se cómo pulir mis habilidades al límite.

Miro a Kageyama, sé cómo nota mis errores, cómo los intenta corregir. De forma natural, como solo un genio haría. Y en el fondo, aunque me cueste mucho admitirlo, sé que él lo es.

- Hinata, siéntate. - oigo la voz del entrenador Ukai detrás de mí. Siento un ardor helado subiendo desde mis entrañas. Es ira, miedo, frustración, todo mezclado.

- Eso, a ver si se te bajan un poco los humos. - Kageyama dice esto casi un susurro. Pero de alguna manera consigo escucharlo y eso me pone aún más furioso.
Me lanzo sobre él, y recuerdo, en un milisegundo, un escenario similar que ocurrió hace varios meses, cundo fuimos derrotados por Aoba Josai.

Kageyama pierde el equilibrio y se cae al suelo. Lo cojo por la camiseta, muy húmeda tras el entrenamiento. Con mi cuerpo, mucho más pequeño en comparación al suyo, a duras penas consigo inmovilizarlo. Lo único q logro es que se incorpore lo suficiente como para que podamos mirarnos a la misma altura.

- Lo que tengas que decirme, que al menos lo pueda oír.- Sus ojos azules tiemblan como truenos, encendidos de ira.

- ¿Quieres que hable? ¡Lo que estás haciendo hoy, es pura basura! No sólo tu técnica es pésima, las únicas cosas que brillaban en ti, hoy no las he visto. Si esto es lo que tienes, no te atrevas a volver.

No sé qué siento ahora mismo. Kageyama jadea. Él mismo parece sorprendido por sus palabras. Abre la boca como para decir algo, pero en seguida la cierra. Noto cómo alguien tira de mis brazos para levantarme. Es Nishinoya- senpai.

- Shôyô, esta situación no tiene ningún sentido.

- Como sigáis os voy a tener que expulsar. Tenéis que salir y tranquilizaros un poco. – dice Take sensei.

Siento esa sensación que me viene cuando estoy demasiado concentrado, cuando siento que no existe nada a mi alrededor. Cuando todo queda reducido a mi propia respiración.
No hace falta que diga nada. Tampoco hacía falta que hiciera lo que he hecho. Esta vez logro darme cuenta de lo estúpido que he sido.

Sé que todos me están mirando cuando salgo por la puerta del segundo gimnasio. Shimizu-senpai me llama desde el otro lado, pero tengo demasiada vergüenza como para volver.

Día azul de noviembre - HinaYachiWhere stories live. Discover now