Primer dia

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Para muchos es fácil hacer amistades fácilmente, en mi caso es todo lo contrario, me preparaba para ir a la escuela, sabiendo que sería como en mis anteriores escuelas, siendo el mismo chico tímido que se sienta hasta atras.

—Hijo llegó el autobús —Contesto mi mamá.
—Ya voy mamá —Respondí
—Ten, sin mayonesa como te gusta —Me dijo mi mamá mientras me entregaba mi emparedado.
—¿Estarás hoy para la cena mamá? —Pregunté
— No creo hijo, saldré fuera y volveré hasta mañana, tú hermano se quedará a cargo de ustedes —Contesto mi madre.
—De acuerdo —Conteste un poco triste.

Me dirigía hacia la escuela un poco nervioso, pues aunque en mis escuelas anteriores todo era igual, tenía la sensación de que esta vez algo sería diferente.

Llegue al salón, entre y la maestra como cualquier maestra dijo lo que dicen todas las maestras...
—Muy bien clase, denle la bienvenida a Max, será nuevo en nuestra clase, toma asiento chico. —Dijo la maestra mientras yo me acercaba a un asiento.

Me senté en un lugar de hasta atras, como ya era costumbre en todas mis anteriores escuelas, a mi lado había un chica con una mirada determinante y de como si supiera lo que quiere, me agrado la seguridad de su mirada, en cuanto la vi, ella me habló...
—Hola —Dijo ella en un tono alegre.
—Hola —Conteste en tono algo nervioso.
—Se ve que eres callado ¿verdad? —Me cuestiono.
—Mmmm si, lo soy, la verdad no hablo mucho que digamos —Respondí.
—Por cierto, me llamo Rachel.
—Mucho gusto —Le conteste con una sonrisa.

—Muy bien chicos necesito que se agrupen con una pareja, para el trabajo de hoy. —Explicó la maestra.

No paso mucho y Rachel me pidió que fuera su compañero, a lo que conteste si.
Así que comenzamos con el trabajo, era una reacción química, materia en la que era muy bueno, gracias a mi padre.

—Eres muy bueno con esto —Dijo Rachel con asombro en su rostro.
— ¡Gracias! —Conteste. —Mi papá es doctor así que se me facilita la química.
—¡Oh! ¡Que bien!, mi papá es Pastor de una iglesia, y gracias a Dios puedo pasar mucho tiempo con el.
—Yo quisiera eso —Dije yo en un tono triste —Mis papas nunca están en casa, me la vivo con mis hermanos.
—Oh, ya veo, pues mi papá en ocasiones también tiene que salir o tiene que ir a ministrar a personas. —Contesto Rachel.
—¿Ministrar? ¿Que es eso? —Dije en tono de intriga.
—Verás, cuando una persona tiene problemas o necesita de un buen consejo de Dios va con el Pastor para que le ayude. —Respondió Rachel.

—Bien chicos, ya pueden salir. —Dijo la maestra.

Así que me dirigí a la puerta y detrás de mi venia Rachel.
—¿Te acompañó a tu próxima clase? —Me pregunto.
—De acuerdo —Conteste con seguridad.

Así que nos encaminamos a mi salón, pero en eso unos chicos se acercan a Rachel.
—Hola Pastorsita —Decían en tono burlón. —¿Vienes a traernos nuestro Pan de cada día?
—No me molesten porfavor —Contesto Rachel algo molesta.
—¿Porque te molestan así? —Pregunté.
— Verás, en este mundo lleno de tinieblas, aveces la Luz trata de ser opacada, pero no se puede porque es tan brillante que nadie la puede opacar.
Me quede muy intrigado, pues no entendía nada de lo que dijo.
—Bueno llegamos, aquí es tu próxima clase. —Contesto Rachel.
—Gracias —Respondí —Por cierto, ¿Que significa todo lo que me dijiste?
—Mmm no están fácil de explicar, te lo explico luego. —Respondió Rachel.
—Nos vemos— Añadió Rachel.

Y entre a mi próxima clase con la misma presentación de la maestra, me quede muy intrigado con todo lo que me había dicho Rachel, pues nunca había conocido a alguien similar a ella, aunque de todas formas estaba feliz de haberla conocido.

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