- Hola, Wendy Oppenheim.
- Hola, Annie Johansson.
- ¿Cómo conoces mi nombre?
- Déjame pasar, tengo que hablarte de algo importante.
Annie invitó a Wendy a pasar a su casa, entró y se dejó caer en el sofá.
- Wendy, esto es extraño... Siento como si te conociera de toda la vida. Pero tú... Tú... Estás... ¿Muerta?
- En realidad, amiga Annie, sí y no.
- ¿Cómo...?
- Escucha atentamente lo que tengo que decirte, Annie. Según las páginas web que son conscientes del incidente entre el espectro y yo, morí. Pero como puedes observar, eso no es cierto, o al menos no del todo.
- ¿Cómo? ¿No del todo?
- Luego hablaremos de eso.
- Entonces... Ese ente que me persigue... ¿Es un espectro?
- Es sólo una hipótesis, pero creo que sí. Por lo que sé, ha estado atormentándote, ¿no es así?
- ¿Cómo sabes eso?
- Sé mucho más de lo que tú crees. Ahora responde y no evadas mis preguntas.
- Wow, está bien. Sí, no me deja tranquila. Cuando pensé que por fin se había ido, volvió. Estoy perdiendo la cabeza, Wendy.
- Vale, Annie. Voy a contarte de qué va todo esto, pero tienes que prometerme que jamás hablarás de ello con nadie.
- Te lo prometo.
- Bien, escúchame atentamente. En aquel incidente mi cuerpo murió, pero mi aura está viva, y situada justo enfrente tuyo. Sólo tú puedes verme, tanto a mí como a los otros.
- ¿Otros?
- Los otros, Annie, son las anteriores personas que se han encontrado con ella. Sólo tú, que estás viva del todo, puedes vernos, oírnos y sentirnos.
- ¿Cuántos más han pasado por esto?
- Seis personas, sin contarme a mí, dos de ellos niños. Y ninguno se encuentra vivo actualmente.
- ¿Se puede saber qué sois?
- No quieres saberlo.
- Si eso fuese cierto no hubiese preguntado, ¿no crees, Wendy?
- Somos ángeles, Annie.
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No le mires a los ojos.
SpiritualAnnie, una chica de 22 años, se muda a vivir sola a un apartamento de Beverly Hills, California, pero a los pocos días de empezar su nueva vida, sucesos extraños comienzan a suceder.