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La casa de TaeHyung es hogareña. Dentro está decorada con adornos de madera y en la pared hay fotos familiares colgadas, cuando entras por la puerta, lo primero que ves son las escaleras que te llevan arriba, a las habitaciones. JiMin olfatea para sentir algún olor extraño -su alfa le ordena hacerlo, en modo de protección-, pero sólo siente el de TaeHyung.

—¡Mamá, ya llegué!—TaeHyung grita por sobre la música que está puesta.

El omega le indica al pelinegro dejar las cosas sobre el sillón. Una señora de cabello largo y castaño oscuro, sale de la cocina, no es muy delgada pero luce bien. Su cara es guapa y tiene las mismas cejas que TaeHyung. JiMin ya ha visto antes a la madre del omega, sólo que nunca se fijó exactamente como era.

—¡Oh, Tae!, llegas algo tarde, ¿no crees?—La beta tiene una espátula en la mano y la otra está manchada.

—Sip, fui con JiMin a hacer unas cosas—el omega se acerca a su madre para darle un abrazo. JiMin se queda en su lugar.

—Hola, JiMin. ¿Te quedarás a comer? si es así, es un placer para nosotros tenerte aquí.

—Buenas tardes, señora Kim—asiente— Seguro, será un placer.

—Okay, si quieren comer tendrán que esperar un poco, porque todavía estoy empanizando la carne.

—Esperamos entonces—TaeHyung dice, contrayendo sus hombros.

—¿Por qué no van arriba a esperar?—Sin poder utilizar sus manos, SiWon empuja a su hijo hacia las escaleras. —Total, embarazado ya estás.

—¡Mamá!—Le reprocha pero su mamá sólo se ríe, caminando a la cocina. —Ven JiMin, te llevaré a conocer mi habitación.

Con las mejillas rojas, ambos suben calmadamente cada escalón. TaeHyung abre una puerta pintada de color azul. En las paredes hay pósters de superhéroes o de alguna caricatura animada.

—Tu habitación es…—JiMin frunce el ceño, buscando alguna palabra amable que decir.

—¿Infantil?, lo sé—asiente, pasando una mano por la figura de Batman. —La última ‘remodelación’ que hice fue cuando tenía 12 años.

—Eso explica… todo, prácticamente.

—Pero, ¿no te gusta?

—Si, digo, es lindo, creo.

—Yo mismo pegué cada pósters en la pared—mira alrededor, sonriendo—mamá creía que era obsesivo y que algún día-

De golpe, deja de hablar y sus ojos se nublan, su pequeña y rosada boca se abre pero no sale nada de ella. El alfa, quien estaba concentrado observando lo que le rodeaba, dirige su mirada al omega que había quedado en silencio de un momento otro, encontrándolo con la mirada perdida y acariciando su vientre.

—TaeHyung, ¿estás bien?

El omega con los ojos bien abiertos, sonríe. Intenta hablar pero no se queda callado esta vez.

—Se-se está m-moviendo.

—¿Quién?

—El bebé—apunta su estómago y pone sus manos sobre éste.

El castaño camina hacia el alfa y sin preguntar, toma su mano y la pone sobre su vientre.

—¡Ahí está!, ¿lo sentiste?

Desearía haberlo sentido, pero no.

—No, lo siento.

—¡Otra vez!—Alza su camiseta y comienza a hablarle. —Hola, bebé. Me alegro que estés moviéndote, pero espero que no lo hagas por las noches o será realmente molesto.

Ven Aquí, y Ámame «MinV»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora