❅ Prólogo ❅

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Publicado: 9/02/2019

*sin editar*

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Arendelle 1845

Con los latidos de su corazón muy acelerados y con su garganta seca y apretada por el agite del viaje, el pequeño joven continuaba avanzando entre la nueva capa de nieve que había caído la noche anterior.

«El bosque.» 

Detuvo sus pasos en la nieve y alzo su cabeza para contemplar la majestuosidad que se encontraba al frente de sus ojos. Los arboles del bosque eran tan altos como el cielo o eso parecía. Era difícil ver la punta de sus picos sin sentir molestia en el cuello.

Existía una diversidad de árboles en el bosque, al igual que plantas y animales. Pero todos sabían que lo más sorprendente del bosque eran los gigantes árboles que se encontraban a cada esquina.

Apenas estaba a unos pasos de la entrada del bosque. Era la única abertura que pudo identificar para poder pasar entre medio de los árboles. Era difícil ver lo que se escondía detrás estos. Los arboles habían crecido demasiado de muy pegados y al tener sus ramas cubiertas de nieve esto tampoco facilitaban la previsión del camino a recorrer.

En algún otro tiempo los arboles hubieran sido cortados por los leñadores locales del pueblo con el propósito de abrir un mejor camino, pero nadie se atrevía a acercarse al bosque. No desde hace tres años...

Sintiendo una molestia en su cuello se empezó a sobar en donde le dolía. Se había quedado un buen rato mirando a los árboles y ya su cuello se sentía incómodo. Al pasar su mano para aliviar el dolor se percató en el despertar del alba al sentir el leve calor de los primeros rayos del sol traspasar su ropa de invierno.

Se sentía bien y por un momento quiso disfrutar del breve calor sobre su piel, pero su esfuerzo por relajarse no parecía ayudarle mucho. Por más que trataba no dejaba de temblar. Quería engañarse a si mismo y pesar que era por el frio de invierno, pero en el fondo sabía que esa no era la razón. No en su totalidad.

«Tranquilo, tranquilo.»

Había planeado todo con anticipación.

La noche anterior había fingido sentirse muy cansado por haber estado jugando todo el día con los niños del pueblo, y al saber la rutina diaria de su hijo su madre no le interrogó y cedió en dejarlo ir a su habitación par de horas antes de la siesta.

Se había levantado a las cinco de la mañana y no sentía mucho cansancio al haberse acostado temprano horas antes. Busco debajo de su cama una mochila que había preparado la semana antes. En su mochila tenía todo lo necesario para sustentarlo en su viaje, y estaba seguro de esto, ya que lo había aprendido de su padre, como su padre lo aprendió de su abuelo.

Su padre era un viajero. Iba de lugar en lugar buscando trabajo. Nunca se quedaba trabajado en el mismo lugar por mucho tiempo porque lo veía como mala suerte. Así que se movía constantemente, pero esto lo hacía solo.

Dejaba a su familia en casa, seguros y con comida para todo el invierno. Siempre regresaba a casa en la primavera con el fruto de su trabajo para besar a su esposa y jugar con sus hijos.

Pero eso fue hace tres años. El padre no había regresado para besar a su esposa ni para jugar con sus hijos.

"No se preocupen por padre." Recordó la voz tierna de su madre. "De seguro volverá en la próxima primavera."

Y la próxima primavera llego.

"No se preocupen por su padre." Volvió a consolar a sus pequeños. "De seguro está muy ocupado trabajando. Por eso no ha vuelto. Vamos a esperarlo para la próxima primavera."

Rompiendo el Hielo ❅ Jelsa ❅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora