Lioso

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Recargué mi cabeza en el escritorio donde estaba trabajando, mis ojeras eran demasiado grandes en este punto, pero descansar estaba siendo demasiado difícil, ya que sentía que lo estaban atormentando, los sueños eran una especie de castigo, se talló los ojos y terminó de armar los pequeños aparatos, eran una especie de minas terrestres del tamaño de una cereza.

Llegó el momento de probarlos, sus robots entonces le siguieron, logro descifrar la energía del collar así que le dio un uso práctico, la magia extraída serviría para poner un campo de protección ante los Heylin, si eras un hechicero de estos no podrías traspasarla a menos que lo permitiera, así podría dormir sin tener la sensación de que en cualquier momento seria atacado.

Comenzaron a hacer pequeños agujeros, debían ser discretos para que los artefactos no fueran localizados ya que podrían ser destruidos de alguna manera, no se tardaron mucho en hacer su tarea sus creaciones eran bastante precisas.

—Todo listo maestro— asentí y sonreí.

—Bien activemos esta cosa

—¿Qué estás haciendo? — di un pequeño brinco y casi me da un mini infarto cuando escuché la voz.

—Omi maldita sea, que te he dicho, no aparezcas así sin hacer ruido— solo lo vi aguantarse la risa lo hacía apropósito, le parecía muy gracioso.

—Muchas, pero deberías estar más alerta podría atacarte— hice un gesto de disgusto, sé que no lo dice enserio, termine de activar la barrera, no le diría nada sobre mi proyecto hasta estar seguro de que funcionaba.

—Igual no has respondido

—No te diré nada porque eres una mala persona— le indiqué que me siguiera, posiblemente solo quería hablar, ya que no les había ido a ver en casi tres semanas, por estar bastante entretenido no fui a las activaciones de Wu.

—¿Yo, malo? Tu eres el que desapareció, aunque dijo que iría

—Estaba ocupado además te avisé.

—Tanto ¿Cómo para no ir a los duelos? Eso es muy sospechoso—suspiré.

—Hasta yo necesito descansar de vez en cuando, además ya sabes por ahora no estoy en buenos términos con Wuya o Hannibal, seguro querrán patearme por dejarlos ese día —uno de ellos ya lo había intentado pero esos detalles eran innecesarios.

Mis máquinas nos sirvieron bocadillos, las visitas que tenía eran pocas generalmente para comentar todo lo que habían hecho o algún chisme, era una visita de cotilleo, esta vez no fue diferente, aún recordaba que debía mantener mi distancia, yo la guardé no puedo controlar a otra persona.

Al parecer hubo una pelea entre Ray y Kim, celos, aunque negaban que se gustaban cada que alguno salía con otra persona estaba el drama, oh, intenso drama y el infantil se suponía que era yo, vamos idiotas ambos se gustan, preferían hacerse miserables, también poner incomodos a sus compañeros era la razón porque el dragón del agua vino, estaba mejor aquí comiendo chatarra, en lugar de estar en medio de una pelea estúpida.

—¿Qué veremos esta vez?

—¿Qué tal una de terror?

—Está bien— la primera vez que vimos una estaba realmente aterrado y tuve que explicarle de que eran actores y buscarlos para que viera que todo era falso, cuanta gracia me había causado, todavía puedo reírme de eso.

Podías llamar a esto un día de normalidad, la verdad es que estaba satisfecho con estos pequeños momentos, no hicieron gran cosa, más que preguntarse cómo es que la gente en filmes era estúpida a más no poder, obviamente como guerrero él se enfadaba porque no se reunían y peleaban para vencer al malo en turno.

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