Relato Nuevo

Decisiones

[La bella MarinetteHernandez me nominó a un reto musical, y como yo no soy quien está detrás de los precioso fics que publico; uno de las personas que escribe (a la cual le conté lo de la nominación) me regaló esta preciosidad y con su permiso la presento como ofrenda por la consideración a agregarme a la lista de nominados. Gracias Mari❤]

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Decisiones, decisiones, decisiones que vienen y decisiones que van, a lo largo de nuestra vida nos encontramos con una red de decisiones y ¿cómo saber cuál será la correcta?.

Marinette Dupain-Cheng se vio en aquella encrucijada de decidir si abrir su corazón y lanzarse al vacío o por el contrario enclaustrar sus sentimientos apartándose de aquello que ella creía su futuro.

No era por ser cobarde pero ella un buen día decidió alejarse de todo, empezar de cero y buscar un nuevo futuro más allá del horizonte. Ella no escapaba solo quería poner a buen recaudo su corazón y no dejar que las lágrimas por sus sentimientos no correspondidos lo ahogaran en una lenta agonía.

Diez años después de su decisión se encontraba en la tumultuosa ciudad de Tokio, sus sueños como tantas cosas solo se habían cumplido a medias. No era dueña de su propia firma de modas pero trabajaba para una de las más importantes a nivel internacional. Ser adjunta de la directora de diseño de LVMH era un cargo de responsabilidad el cual le obligaba a asistir a cada uno de los salones de la moda y ahora era el turno de la Japan Fashion Week.

Esperaba por su directora en el gran salón de aquel enorme recinto donde los organizadores tendrían el brindis inaugural con todos los representantes de las firmas de moda que participarían en el exclusivo evento.

Miraba atenta a todos los representantes que poco a poco hacían acto de presencia al evento, con desgana observaba que eran las misma caras de siempre, Armani, Galliano, Andrew, uno a uno iba reconociendo a los afamados diseñadores, hasta que sintió como el aire a su alrededor se volvía pesado y frío cuando su corazón dio un vuelco al verlo a él.

Por la puerta del salón entraba Adrien Agreste de la mano de una elegante chica de exóticos rasgos asiáticos y hermosa cabellera de obsidiana.

Un ligero temblor se apoderó de sus manos, le parecía absurdo que a sus veintiséis años pudiera comportarse como una colegiala al verlo. Pero lo que no se daba cuenta es que aquella sensación no era una situación de ansiedad mal infundada sino sus sentimientos otrora desterrados que renacían con más fuerza como el ave fénix del cuento de Christian Andersen.

Recomponiendo su aplomo se alejó de la entrada y fue a sentarse a lo más recóndito de la extensa barra del bar.

- ¿Le apetece beber algo, señorita? - ofreció amable el camarero.

- ¿Co...Cómo dice? - hilando aún sus ideas le respondía abrumada.

- Le preguntaba si deseaba beber algo. - diligente le respondía, señalándole la colección de botellas a su espalda.

- Un Chardonnay. - ordenó sin mucho afán.