Después de un accidente en el Olimpo, Zeus decide castigarlos y mandarlos al mundo mortal a vivir sin ninguno de sus poderes y obligados a aprender a convivir entre ellos. Pero lo que ellos no esperaban, era que se iban a conocer tanto que llegarían...
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~Pov Tauro~
Me dirigí hacia la sala de la gran mansión, realmente era lindo el lugar. Saqué de un escondite que encontré una comida bastante peculiar que Ofiuco llama "comida chatarra", la verdad es muy deliciosa.
Me puse a ver la televisión y me relaje mientras comía, me puse a pensar un poco más las palabras de Ofiuco, ¿yo, un signo de tierra, unido a los signos de fuego? Parecía una tontería... Pero es tan extraño que Ofiuco, un signo desterrado del Olimpo haya dicho eso... ¿Yo apegado a Aries, Sagitario y Leo? Yo... Yo... YO RECUERDO QUÉ.
Derepente la cabeza me empezó a doler demasiado. La agarré con bastante fuerza mientras me quejaba del dolor. Era insoportable, empecé a sudar, me dolía, todo me daba vueltas, cerré mis ojos con fuerza y...
Todo se volvió negro.
~Pov Sagitario~
Estábamos en la piscina de la mansión jugando con una pelota a 'quemados'. Jamás pensé que diría esto pero jugar con Capricornio, es demasiadamente divertido.
—¡Ay! Lo siento —Se disculpó entre risas Aries al ver que le había pegado con el balón a Capricornio en la cara.
—No te preocupes —Dijo mirándolo seriamente, cosa que asustó un poco a Aries, Capricornio al verle esa cara soltó a reírse.
—Debiste ver tu cara —Decía entre risas Capricornio, yo me uni a él.
—Capricornio, no esperaba este lado tuyo —Dije con una sonrisa.
Capricornio volteó a mirarme con una cara algo alegre y triste a la vez, me miró fijamente a los ojos, sus ojos azules brillaban como si fuesen dos grandes estrellas. Me miraba con demasiado cariño, no es posible que empiece a tomar aprecio por mí tan rápido, ¿O si lo será? No, claro que no... Por alguna razón, no podía dejar de mirarlo.
—Lo siento, Sagitario —Murmuró Capricornio, pero el no movió los labios.
La cabeza me empezó a doler fuertemente sin previo aviso, me quejé de dolor mientras me la agarraba.
—¿Sagitario, estas bien? —Dijo Capricornio de forma alarmada mientras me agarraba para no resbalarme.
—¡Sagitario! ¿Qué tienes, amigo? —Preguntó Aries alarmado mientras con ayuda de Capricornio, me sacaba de la piscina.
Yo solo podía quejarme mientras ellos dos trataban de ayudarme, dolía, dolía demasiado, y el dolor aumentaba cada que recordaba más a Capricornio.
—Sagitario, no me gusta verte con ella, porque yo... Porque yo.... Olvidalo —Fue lo último que escuché decir de Capricornio, pero no el actual, sino, de forma de recuerdo...
