: La espalda de Carl azotó contra el suelo apenas recibió mi disparo, y desde ese momento todos los sucesos pasaron en un tiempo muy prolongado, dónde los segundos parecían ser cómo minutos y los minutos transcurridos se sentían como eternas horas de conmoción.
Las facciones de Rick se deformaron apenas voltee a mirarle, se pasó la mano por la barbilla y al borde del llanto se acurrucó al lado de su hijo implorando que sobreviviera, todos estaban alrededor de ambos Grimes, hasta que desde ese mismo círculo de personas, sobresalió Daryl quién sin decir nada me tomó del brazo con muchísima fuerza y me llevó al lado del muchacho. Mi respiración no tenía control alguno, mis manos estaban sudorosas y simplemente no tenía idea de que podría hacer por él.
Este tipo de situaciones me nublaban los sentidos. Era cómo si me olvidara todo lo que conocía, y lo que había aprendido. Actuar rápido cuando estaba en una situación tan crítica tal cómo ésta no era mi fuerte, por eso siempre delibere que no podía ser una buena doctora, debido a que, necesitaría eliminar cada resto de miedo en mi para lograr salvar la vida algún paciente. Un claro ejemplo de todo aquello que anhelaba eliminar era justo la sensación a la que me llevaban los nervios, la sensación que estaba viviendo.Una vez más mi vista se posó sobre Rick, el cual ahora estaba llorando sin detenersr, me tomó de los hombros y me sacudió.
"Salvalo, salvalo" era lo que había entendido desde el movimiento de sus rosados labios, los cuales tragaban las miles de lágrimas que venían desde sus ojos.
Y una vez más leí en sus labios "Ayúdame, Ayúdame"
Al reconocer aquella manera de mirar sentí un nudo formándose en mi pecho, sentía como una herida volvía a abrirse paso sin piedad, y todo renacía en un amargo recuerdo.
Esa mirada la había visto una vez, y la había experimentado por mi propia cuenta
La observe por primera vez en los ojos de mi madre, cuando el dolor la embargo por el asesinato de papá.
Y la viví tiempo atrás, cuando perdí a mi familia por completo.
Era aquella mirada que con tan sólo verla identificabas al instante, la persona que posee esa mirada tiene miedo, y mucho.
— Necesito detener la hemorragia, y sacar los restos de bala, pero no puedo hacerlo sin lo necesario.
— Tenemos lo necesario. — Maggie se levantó del suelo corriendo al auto.
— ¿A dónde iremos?
— A la prisión, puedes hacer tu trabajo ahí, y te ayudarán. — Vi como Rick con ayuda de Glenn levantaron al pequeño del suelo y lo transportaron con mucho cuidado al vehículo.
— ¿Qué quieres decir? No. Si allá hay un médico déjenme ir, sólo necesito un mapa, me las arreglo sola.
Daryl bufó y me tomó llevándome a tirones a la camioneta, la cual los demás abordaban con prisa.
— ¡Vamos, vamos! — exclamó Rick desesperado.
— ¿No te parece que se los debes? — expresó señalando a Rick — Tú fuiste quien puso el dedo en el gatillo, y por tú culpa se puede morir, así que te subes o te mueres, no me importa lo que me odie...
— ¡Darylina! Deja de abrir el pico y súbete joder. — interrumpió Merle Dixon.
Y tal cómo él lo pidió, Daryl no tardó en subirme al auto con los demás para arrancar tan rápido como fuera posible.
El bosque pasaba a gran velocidad por la ventana empañada del auto, el cristal contenía restos de sangre, algunos insectos y polvo acumulado en las esquinas, pero aún así el poco espacio suficientemente aseado me permitió ver a través y deleitarme con los colores anaranjados en el cielo. El momento no era el adecuado, claro que no, pero no podía evitar contemplar esa genuina belleza que la naturaleza te podía ofrecer, sin importar la circunstancia melancólica y moribunda en la que el planeta tierra caía de poco en poco. Era aún más deleitante que estos mismos potentes colores le dieran más vida al panorama de afuera, aquel panorama reunía dos cosas totalmente bellas, si aprendías a verlas, claro es, el verde oscuro que las hojas de los árboles y pinos se complementaba a la perfección con el color de el atardecer presente. Incluso juraba que en ocasiones veía ciertos destellos rojos como la sangre, entre los tonos diversos de naranaja.
Increíblemente mis ojos se humedecieron al apreciar ese cielo tan hermosos, la naturaleza seguía siendo bella y eso era algo que no me permitía negar, era única, pacífica y espontánea.
El roce del viento con mi cara desde la ventanilla abierta del conductor secó aquellas diminutas lágrimas que habían comenzado a resbalar por mi rostro, yo misma no podía llegar a creer que estuviera llorando por tan sólo ver el cielo, pero, esta clase de cosas son las que te recuerdan que se salvó mucho más de lo que creíamos perdido, el mundo seguía en su curso normal, y era una completa lastima tener que valorar todo lo que teníamos demasiado tarde. Una vez que la humanidad cayó, y todo rastro de moral se fue de nuestros corazones, cuando nos dimos cuenta que no había vuelta atrás, nos arrepentimos.
En mi mente se mantiene aquella idea latente de que el apocalípsis no fue un castigo del todopoderoso como muchas religiones lo creen, y está bien al final, cada uno decide en dónde poner su fé, pero, yo sólo puedo creer en que todo el desastre tuvo un culpable, un punto de partida, y desde ahí todo se fue a la mierda.
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I Found You; Daryl Dixon
RandomLo que ella tiene, no es una vida. No tiene significado, pero ellos se lo darán.