Culpable

Helado

Marinette estaba en su cuarto cuando su madre le llamó para que recibiera un paquete que le llegó.

Seguro era un regalo de su abuela.

Creyó que la tarde se le había arruinado ya que Adrien tenía un compromiso y no pudieron ir por el helado, pero un regalo le haría la tarde feliz.

La mandibula se le cayó al ver 10 galones de helado en un bote que medía más que ella. ¡Y no porque fuera ella chaparrita!

-¿Te gustó tu regalo?- se escuchó la voz de alguien. Marinette se asustó.

-Helado, ¿Eres tú?- le preguntó al helado. Talvez el golpe si le afectó un poquito.

-Soy yo, Adrien- le dijo el chico que estaba tras el helado gigante.

-Adrien, ¡¿Quién te convirtió en helado?!- preguntó la chica alarmada.

Adrien comenzó a asustarse.

-Estoy detrás de tu regalo!- dijo eso y empujó el helado gigante adentro de la casa.

-Gracias gatito, pero, ¿Por qué el regalo?- le preguntó la chica un poco extrañada.

-Es para que no estes enojada conmigo por lo del golpe y porque no pudimos ir a comer el helado que querías- le contestó el chico.

-Pero gatito, yo no estoy enojada- le dijo y el chico palideció.

Nino le dijo que cuando las mujeres dicen que no estan enojadas es porque estan muy enojadas.

¡¿Qué es lo que va a hacer?!

Marinette besó al chico en los labios para agradecerle y este se asustó.

¿Será un beso de la muerte?

Pues de la muerte o no, tenía que corresponderlo, porque la amaba y porque la golpeó brutalemente su delicada mejillita.

Ahora le toca esperar lo peor y atender TODOS los deseos de Marinette por ser un novio violento.

Continuara....