Estrella Caída

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No fue una caída, fue perdida total, ya no estas aquí.

LXXXV- Tú , perdición total.

LXXXVI- Que ilusos los que hablan de amor, sin sentirlo, o peor aun, que tontos aquellos que aman, sin ser amados.

LXXXVII- Sigo en la espera de tus abrazos cálidos que me tranquilizan y me dan calor, sigo en la espera de tus besos; que me armonizan y me dan entusiasmo. Sigo en la espera de que vengas y me reconstruyas, porque tu eres el instrumento para mi sanación.

LXXXVIII- Nos prestamos a juegos tontos de amor, decimos amarnos y estamos atados a la perversidad de lo que conlleva todo ese sentimiento, un sentimiento puro que es voluble e inentendible por la humanidad, por mi.

LXXXVIIIX- Hay suposiciones en mi mente sobre lo que creo que sientes, las suposiciones son un juicio en vano, necesitamos que todo sea cierto, que nada quede en duda, ni el amor ni el desprecio, ni el llanto ni las sonrisas, ni lo que se ve o aquellas cosas que no se alcanzan a percibir.

XC- Si la potencia de mi amor, elevara su consecuente al tuyo y nos amaramos eternamente, la facilidad de estar juntos estaría a la mano, dispuesta a andar, dispuesta a sanar prejuicios, a conservar confianza y a incrementar el don supremo.

XCI- Nos mirábamos y era entendible para nuestros ojos todo eso que nos rodeaba, entendíamos con frecuencia todo eso que nos perturbaba, tus besos daban calma y elevaban el calor en mi corazón, elevaban su palpitar y mal caían como adicción.

XCII- Le llamo inmadurez a la forma que tratas de expresarme las cosas, a la manera en la que quieres llamar la atención, le llamo inmadurez a la forma que me amas y estas con él.

XCIII- Tu y yo somos mas que dos líneas paralelas; intocables entre si mismas, somos mas que eso, jamás unidos, pero aun mas que eso, somos dos separados, queriendo estar mas que unidos.

XCIV- ¿Me recuerdas? Rendido en tu cama tomándonos de la mano, hablándonos de amor, perteneciéndonos y transpirándonos. Descansando en tu pecho, acariciando tus labios con mis labios, formando un vinculo amoroso y realmente adorándonos.

XCV- ¿Sabes? Encontré el amor, pero estoy atado a ti, encontré el amor y me sigue recordando a nosotros, encontré el amor, y me ama como yo te amo a ti, encontré el amor y nos amamos el uno al otro.

XCVI- Mirar a la persona correcta y sonreír, la fase perfecta del enamoramiento. Cuando estabas postrada en la barra del bar, con tu cuerpo relajado, tomando una copa de vino y mostrándote segura y tranquila, siendo mas que una chica con estilo yeyé, tenias alma pura e inocente, tratando de evadir las circunstancias, buscando amor de forma indirecta, perfecta, la palabra correcta para describir tu silueta.

XCVII- Era mas que un paseo a la ciudad de tus sueños, Paris, la ciudad del amor, la ciudad perfecta para los dos, la ciudad adecuada para manifestar nuestro cariño, París, el lugar deseado para ti, el lugar en el que te perdí, la bella Paris, tan fugitiva, pretende donar amor, pero lo arrebata. Grande París, que me das poesía, pero me quitas amor, me quitas vida, te encarnas en divinidad y muestras carisma, preciosa París, me atas a ti, me sueltas a tus pies.

XCVIII- El olvido tan difícil de ejecutar porque creemos que es una acción involuntaria, pero verdaderamente obligada a dejar de recordar.

XCIX- Te escuche recitar unos cuantos poemas en la clase, mirando, de reojo, observe tu belleza y trate de acariciar tu mente y consolar tu corazón, tu voz tan meliflua, que podría sanarte a ti misma, pero a mi me llenarías de compasión.

C- Tocamos el cielo con solo unos besos, digo tu nombre y comienza el desorden, acaricias mi mano y nos vamos atando, juntos, eternos, prendiendo este fuego, mostrando amor y mucha pasión, al ritmo de la tierra, sobre ella.

CI- Me pones en espera total, mi mente se bloquea y mis dedos comienzan a temblar, mis orejas se encienden y comienzan a hervir, mi cara se torna en una tonalidad rojiza, asemejando el tono de un jitomate o de una rosa; roja. Mis piernas comienzan a tambalearse y mi corazón a latir a miles de kilómetros por hora, me pones en espera total, porque no sabes lo que me ocasionas, y si lo supieses, esto se empeoraría aun más.

CIII- Tomé un suspiro en mis tiempos de lamento, te llore por años y todavía te recuerdo. Las heridas sanaron, pero los recuerdos permanecen con vida en mi clamor. La llama se ha agotado, el fuego se ha apagado, los testimonios no me sueltan y cada palabra que sale de mi boca aun tiembla. Los sollozos igualan mi tristeza y no hay superlativo para ella.

CIV- Buscamos amor por doquier, sin pensar por donde comenzar a buscarlo. Solo pensamos en buscar, no nos percatamos por desarrollar, cuando debiésemos desarrollar amor para nosotros mismos. Amor, ese don que nos permita aceptar las cosas buenas.

CV- Quiero encontrarte en un mundo ideal, descrito por ti y por mi, hecho para ambos , para nosotros, que lo bueno sea eterno y lo malo se vuelva benigno. Que la marea suba al borde y la brisa caiga en nuestros rostros. La finalidad incrustada en nuestros corazones y el amor eterno entre nosotros.

CVI- Le dije que se cuidara mucho, pero no le dije de quien. Usted debería cuidarse de mi, alejarse de mi, lo mas posible, bastante cuan sea posible.

CVII- Teníamos un tipo de amor que nadie podría entender, ni siquiera yo, ni siquiera usted. Teníamos un amor que por dicha me sentía vivo, y el desprecio se mantenía perdido. Teníamos un tipo de amor que, a pesar de cualquier circunstancia, ahí estaba, había amor, vaya usted a entender, pero lo había.

CVIII- Mirando la puesta del sol. Minuto 48 de la hora 20, contemple tu sonrisa y brillaba con la del ultimo destello del sol. Continuaba la luz, pero el sol ya no estaba , y aun así, tu brillabas, golpeaste mi rodilla y fue ahí, cuando sentí que si un día mi vida diera continuación, sería ahí, contigo, en las costas del pacifico.

CIX- No soy tan poeta, pero te escribí un par de versos.

CX- Hoy dormí con el enemigo. La soledad no me acoge como tus brazos lo hacían, la lluvia cae y suena, no alcanza la brisa a tocar mi rostro , pero te recuerdo y las lagrimas caen, van en corriente bajando por mis mejillas a velocidad incomparable. Quedo quieto. Miro al horizonte. No hay agallas para buscarte ni fuerza para amarte.

Las estrellas en nuestro cielo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora