Dale una oportunidad, te gustará :3
[SINOPSIS]
《El era demasiada libertad...y yo seguía peleando con mi pasado.》
|Alex|
Cuando la oscuridad te asfixia, te tortura y te consume lentamente y no ves la salida, solo te toca esperar la luz al final del c...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¿Hola? — contesté la llamada cuando me encontraba recostado en mi motocicleta esperando a Amber.
— Hola cariño, soy yo, tu tía favorita. — dijo una voz más que conocida.
— Carmen aunque sueñes, jamás te llamaré tía. — se escuchó un bufido al otro lado de la línea.
— Arruinas todo mi sentimiento maternal.
— No puedo arruinar algo que no existe.
— Touché.
— ¿Para qué me llamas? Si es para darme otra vez malas noticias no estoy de ánimo.
— ¡Oh, para nada es algo como eso! — dijo alegre — hablé con Guillermo Torrez dueño de un bar céntrico en Los Ángeles y acordamos organizar una pelea, su mejor peleador y el mejor de los míos, así que, ¿Qué te parece?
— ¿Cuándo es? — solté.
— Hoy en la noche.
— ¿Lugar?
— El de siempre, la locación es perfecta y ya que queda a las afueras de la cuidad la hace un lugar más que bueno para el encuentro.
— ¿Es enserio? La policía aún no da con el lugar entonces.
— Así es, además tiene una buena fachada.
— ¿De cuánto estamos hablando?
— Créeme esto no es poca cosa, además que Guillermo es jefe de una línea completa de narcotráfico y venta ilegal de armas.
— ¿Qué gano yo? — pregunté ignorando las ilegalidades.
— No me sorprende tu interrogante. ¿Te gustaría un Pent-house?
— No jodas, sabes que eso no es para mi de ser así hace años me habría mudado.
— Sabía que dirías eso, 30 mil dólares un round, el doble si son dos. Las apuestas son altas.
— Acepto.
— Bien prepararé todo, hasta la noche.
— Ok. — y colgué.
Al terminar levanté la vista y observé a Amber que venía caminando hacia mi, estaba acompañada por un grupo de chicos de la Facultad que al verme se tensaron significativamente. Amber solo se giró, me observó y sonrió.
Se despidió con un saludo de manos y se encaminó hacia mi, pero fue detenida por un chico relativamente alto, moreno y que le sonreía.
Desde acá donde estoy puedo ver y leer sus expresiones.
— Oye eres Amber, ¿Cierto?
— Sí, soy yo. ¿Se te ofrece algo?
— Ten… — dijo entregándole lo que parecía ser su cartera.
