One-Shot (ppgzxrrbz)

Cap 15- 💘Inevitable💘

Momoko no suspiró una vez, ni dos veces, ni tres, sino que ¡Cuatro veces!

Aquella clase en particular estaba de lo más aburrida para ella, claro que sabía qué diablos eran las malditas cetonas –aunque en esos momentos le importara un comino-

Su suspiro no era por cansancio o frustración…bueno, tal vez sí, pensándolo bien, así era, era tan cansado para su cerebro procesar esas emociones, una inminente frustración la invadía por creer tener aquellos sofocantes sentimientos.

-"¡Es ridículo!"-se repetía siempre, luchando contra su propio sentir.

Se supone que debía sentir odio, repudio, o mínimo, indiferencia. Cualquier cosa sería mejor que sentir lo que creía estar sintiendo.

Su mente intentaba pensar cómo demonios había sucedido aquello, cuándo, en serio, ¿En qué condenado momento sus ojos buscaban con tanto anhelo su carmesí mirada? ¿En qué maldito instante se sentía acorralada, nerviosa y ansiosa cuando él le dirigía la palabra de esa forma tan...Brick?

Para nadie era un secreto que Momoko había anhelado un príncipe desde su niñez, sus amigas la habían oído y visto fantasear con un chico que fuera detallista, dulce, lindo…que le comprase todos los dulces que quisiera, cosas imposibles tal vez, si bien aquellas fantasías se habían ido disipando con el paso de los años, eso no impedía que tuviera sus propios y actuales ideales respecto a un chico.

Y en definitiva, Brick era todo lo contrario a lo que buscaba.

Grosero, insensible, tosco, desatento…de tan solo pensarlo se replanteaba la tonta idea de estar enamorada de él.

Eso duraba al menos hasta que esa profunda voz era dirigida a ella o cuando sus ojos la miraban tan fijamente, como analizándola.

Oh Dios, eso era su perdición.

Se sentía tan débil, tan tonta, tan torpe, su corazón latía tan fuerte que se preguntaba si él podía oírlo y ella temía que sí, que eso pasaba, que él escuchaba perfectamente cómo su pobre corazón se desbocaba por culpa suya.

Y que él reía, que él reía por ser capaz de crear tantos sentimientos en ella, confusión, emoción, miedo, felicidad, ¡Ella simplemente no podía lidiar con todo eso!

Que el desgraciado lo hacía a propósito, que cada filosa mirada dirigida a ella era con aquella intención.

¿Y qué tal si no? ¿Y si no lo hacía adrede?

Ese pensamiento hizo que le hirviera la sangre, a esas alturas, ya no sabía si de vergüenza o rabia.

Ni siquiera supo cuál de las dos opciones era peor, el que no fuera así solo significaría que el maldito lograba sacudirla con el hecho de ser él mismo.

Se revolvió el cabello, frustrada.

Todos esos pensamientos repentinos la abrumaban a diario, siempre era lo mismo.

Realmente no estaba segura de cuándo habían nacido esos sentimientos, intentaba escarbar en su memoria, pero no lograba ver con claridad.

.

¿Acaso fue en una de esas tantas ocasiones en las que ambos combatieron como enemigos?

¿Tal vez en esas batallas donde más bien estaban codo a codo como camaradas?

¿O fue aquella ocasión en las que su maestra la había condenado con ser tutora de su molesta contraparte?