3. abismo

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Abrí los ojos lentamente al sentir como los finos rayos de sol me golpeaban en la cara. Arrugué la nariz, sintiendo que estornudaría debido a la cantidad acumulada de polvo, y me cubrí el rostro mientras despertaba. No sentía prácticamente las piernas, estaban entumecidas. Bostecé y, al estirar el brazo para cubrirme la boca, noté como me dolían todos los músculos del cuerpo. Solté un quejido y abrí los ojos con rapidez al recordar donde me encontraba. Miré hacia la cama de Bella y me sobresalté de verla sentada en el borde, con sus ojos clavados en mí, derrochando una tristeza profunda.

—No eres real... —susurró, negando con la cabeza mientras su mirada perdida me observaba— Estoy delirando.

Fruncí el ceño sin entender nada y aparté la manta de mi cuerpo para reincorporarme en la silla. La observé también, parecía su reflejo imitando sus movimientos. No sabía qué decir primero. ¿Pedía perdón? ¿Fingía que estaba mal? ¿La abrazaba? Abrí la boca para decir algo, pero ella se levantó de la cama y se alejó de mí, caminando hacia la puerta sin dejar de mirarme.

—¿Qué demonios te pasa? —pregunté con exclamación, poniéndome de pie con un impulso.

Estaba algo desconcertada con su reacción. Pensaba que estaría aliviada, feliz de verme, que sería la ayuda que necesitaba para no hundirse ante el recuerdo del abandono de Edward.

—Si esto es una especie de truco, no tiene gracia —balbuceó con nerviosismo.

—¿Crees que sería tan insensible? —pregunté, haciéndome la dolida.

—Eso es algo que una Hayley imaginaria diría.

— Bella —solté un quejido, alzando las manos— Soy yo.

—¡Ya sé que eres tú! Pero no eres real —murmuró la última parte y se llevó una mano a la frente para recoger los mechones de pelo desordenados que le molestaban— Te estoy imaginando, he perdido la cabeza.

La miré estupefacta, con la boca entreabierta, sin poder creer lo que estaba pasando. Di un paso hacia delante, intentando acercarme, pero ella retrocedió. Podía notar en su rostro el dolor, su cara estaba ahora más pálida y no tenía otra expresión que la decepción y el sufrimiento.

—Creo que todo este tema de lo sobrenatural se te ha ido de las manos.

—Me dijiste que podías proyectarte astralmente.

—No —aclaré, alzando el dedo índice— Dije que algunas brujas podían hacerlo.

Rodé los ojos y pasé la mirada por la habitación, buscando algo que pudiera ayudarme para demostrar que estaba ahí realmente. Sonreí levemente al ver el cojín sobre la silla en la que había dormido y lo lancé con fuerza contra ella antes de que tuviera tiempo de reaccionar. Bella se quejó en voz alta y yo enarqué las cejas, esperando que eso fuera suficiente para que respondiera.

—Dios mío, sí que eres real.

Se lanzó a mis brazos y me apretó con fuerza. Gruñí entre dientes, notando como me apretaba las costillas, y acabé soltando un quejido.

—Está bien, no necesitas atravesarme los huesos para cerciorarte —bromeé, con la voz entrecortada debido a la falta de aire.

—Lo siento —dijo, sonriendo levemente— Es que no me lo puedo creer.

Se llevó ambas manos a la boca, como si fuera su última esperanza presente ante ella, y rió suavemente mientras se le humedecían los ojos.

—Pues créetelo, vas a tener que compartir habitación conmigo durante un tiempo.

Ella entreabrió los labios, quedándose sin habla ante mi confesión. Probablemente, eso solo había servido para confundirla aun más, así que sacudí la mano para restarle importancia. Pero la verdad es que sí que la tenía. Lo que estaba a punto de decirle iba a romperla por completo.

luna nueva || jacob blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora