7. ahora ya lo sabes

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—¿Estás de coña? —preguntó, frunciendo tanto el ceño que por un momento sus cejas se rozaron entre ellas.

Lo miré molesta y dejé que todo el peso cayera sobre mis hombros, incrédula ante su reacción. Arqueé una ceja levemente y negué, extendiendo la palma de mi mano para que viera como una llamarada salía de ella. Este abrió los ojos con sorpresa y observó como el fuego se consumía lentamente y desaparecía, sin despegar la mirada de mi mano.

—¿Cómo crees sino que habría podido matar a un vampiro? —pregunté con obviedad, creyendo que sería más supersticioso respecto a temas mágicos teniendo en cuenta que él era un ser sobrenatural también

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—¿Cómo crees sino que habría podido matar a un vampiro? —pregunté con obviedad, creyendo que sería más supersticioso respecto a temas mágicos teniendo en cuenta que él era un ser sobrenatural también.

—¿Por qué no me lo dijiste antes? —preguntó, cogiendo la palma de mi mano y observándola con cuidado.

Rodé los ojos y la aparté, mirándole con seriedad.

—Porque no sabía que podías transformarte en un lobo gigante. Además, era un secreto, sabes lo que es eso, ¿no?

Jacob cerró la boca inmediatamente, ambos sabíamos que no tenía ningún derecho a reprochar. Este susurró la palabra touché por lo bajo y continuó con su paseo por la playa.

—Debí haberlo sabido —dijo Jacob, más para él que para mí— No podías ser nada bueno si te juntabas con los Cullen.

Abrí la boca con sorpresa ante su descaro y puse una mueca ofendida cuando le golpeé en el brazo. Este, aunque probablemente no hubiera notado el roce, fingió dolor y no pude evitar reírme entre dientes. Ese gesto se me hacía tan familiar que la felicidad duró poco en mis pensamientos. Emmett siempre actuaba igual, primero molestaba y después se hacía el ofendido.

—Lo siento —se disculpó, probablemente al ver como mi cara se volvía sombría— No te preocupes por nada Hayley, tu secreto está a salvo.

Sonreí levemente, apretando los labios en una fila línea que ni si quiera supe si daría a entender lo que quería.

—Dile eso a tus amigos, tienen pinta de ser unos fanfarrones.

—Sí lo son, pero no tienes de qué preocuparte. Además, no podemos desobedecer las órdenes del alfa.

Asentí brevemente, comprendiendo que esa era la razón por la que no había hablado del tema conmigo previamente. Eso, y que no debería ser fácil decir abiertamente que había pasado de ser un adolescente normal a un lobo que cazaba vampiros.

—Hay algo más... —añadí, entrelazando mis dedos— Soy, en parte, luz blanca, es algo así como un ángel de la guarda.

—Déjame adivinar, tú eres la que cuida de Bella —bromeó, sonriendo de lado con cierta malicia al burlarse de su mejor amiga y su capacidad para atraer las desgracias.

Me reí entre dientes ante su descaro y negué internamente, todavía no podía creer que todo había vuelto a la normalidad: paseos por la playa, conversaciones estúpidas, Jacob bromeando en todo momento... La sensación de vacío que había sentido los pasados días comenzaba a evadirse y por un momento sentí miedo al pensar que, probablemente, algo rompería mi débil corazón de nuevo y lo haría trizas como la última vez.

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⏰ Última actualización: Nov 15, 2020 ⏰

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