Louis Tomlinson es contratado para mejorar la estatua de Lucifer.
¿Qué ocurrirá cuando el mismo rey de la noche aparezca frente a sus castos ojos? posando tan hermoso, seductor e inefable.
El frío calaba sus huesos, su boca estaba seca y el dolor en su espalda era insoportable.
Abrió los ojos con pesadez, y desconcierto, estaba acostado en medio del pavimento. Apenas amanecía y la gente que pasaba por allí lo miraba con asco o pena, quizá una combinación de ambos.
Se levantó lentamente, intentó acomodar sus pensamientos, descifrar qué había pasado pero su mente era un completo lío – en realidad recordaba muy poco de lo que había ocurrido la noche anterior- Camino a la casa de Sophie(su amiga), tan despacio como sus pies se lo permitieron, cansado y sin aliento.
Al llegar a la pequeña casa la puerta frente a él reveló una mujer despeinada de cabellera rubia, lo miraba con preocupación y asombro, como si estuviera viendo un fantasma.
-Por el amor de Dios, ¿Louis que te paso?-. Hablo exaltada.- Parece que alguien acaba de atropellarte-.
-N-no lo sé, me siento tan jodido-.
-Corre pasa, preparare sopa-dijo, empujándolo dentro de su casa.
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-Bien ¿y cómo era él?-. Preguntó Sophia
Los labio de Louis temblaron levemente –T-te juro que era aterrador, su mirada ¡Joder! su mirada era penetrante, su cara era como, como...- El recuerdo de su hermano labrando en mármol a un atractivo hombre alto y poderoso, con el mismo rostro de aquel extraño, que había besado su mejilla rondo por su mente.
-¿Cómo quién Lou?-.
-Era Él, el mismo hombre que mi hermano esculpió, era el Rey de las Tinieblas, Satanás-. La bilis hizo camino por su garganta y las ganas de devolver lo poco que había comido se hicieron presentes.
-Joder Louis, ¿Seguro de qué no ingeriste o fumaste algo raro?-.
-Espero que sí, que sea eso-.
-Lo más probable Louis, relájate-.
✞✞✞
Cinco minutos después se despedía de Sophia para regresar a su hogar, necesitaba estar solo, todo lo que había pasado, había sido tan, alucinante.
Mientras caminaba por las frías y solitarias calles de Londres se sentía observado, pero le restó importancia, necesitaba relajarse.
Mientras tanto unos cuantos pasos atrás caminaba un hombre, de saco negro y anillos de oro, mirando a Louis como si de una presa se tratase, siguiendo sus pasos, oliendo su miedo.
Sonrío, miraba a el pequeño hombre, su próximo caramelo, ya quería corromperlo, sus garras ardían por tocarlo, de una forma tan extraña que lo hacían sentir raro, impaciente.
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La sombra que pisaba los pies de Louis tenía cuernos y cola, y quizá la peor de las intenciones.
Pero, ¿Realmente el Diablo sabía en que se estaba metiendo?
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No corregí esto ¿Si tiene algún error podrían avisarme? :c
