Yo

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Quiero pensar que las cosas malas suceden por una razón, aunque esta no es específica en absoluto. Me he cambiado de universidad, hace un mes aproximadamente que estoy cursando en un aula nueva con nuevos compañeros, nuevos profesores y nuevas vivencias. He puesto lo mejor de mí en ese aspecto para disfrutar mi última etapa de estudiante.

No sé nada de Sasuke desde este mes transcurrido. El día que abandoné la institución, llegué a casa llorando y todo magullado. Naturalmente tuve que hablar con mamá del asunto y explicarle con detalle mi dolorosa situación.

Amo a Sasuke desde que tenía doce años.

Su novia le fue infiel y cree que el bebé es suyo.

Nos peleamos en la azotea y terminó creyéndole a ella.

Sí, yo le dije todo. En ese instante largué todo a mamá. Ella me abrazó con dulzura mientras palmeaba mi espalda una y otra vez. Creo que ese día, lloré más de seis horas, mis ojos hinchados dolían y mi cara estaba muy demacrada. Dejé ese momento muy atrás. Porque saben, uno tiene que avanzar y para lograrlo, el dolor debe sepultarse debajo de nuestros pies profundamente. No debe quedar ni una raíz en el suelo, no dejar que nada crezca. Un suelo infértil.

Un suelo infértil en mi corazón.

Ahora yo no quiero que crezca nada más dentro de mí.

El amor es hermoso como doloroso, es una maldición más que una bendición.

—¿Naruto?

La ciudad es un pañuelo. Maldición. No esperaba encontrarme con Ino en plena calle saliendo de mi universidad. Ambos vestimos el uniforme correspondiente, y me temo que son los mismos horarios que en el anterior. Presentía que tarde o temprano podría encontrarme cara a cara con uno de mis ex compañeros, pero no lo esperaba hoy ni mañana.

—Hola, Ino-sonreí.

—¡Idiota!

Fui sorprendido por su reclamo y por su abrazo. Ella de todas las chicas, era la compañera que más me agradaba, siempre tan dulce y amable con los demás. Muy solidaria. Me quedé como piedra, jamás me habían abrazado a excepción de Sasuke y mi madre. Me abochorné de la pena.

—Desapareciste de la nada sin avisar. ¿Tienes idea de lo preocupados que estábamos?-se separó de mí y me miró curiosa, esperaba una respuesta.

—No pensé que causaría una polémica-sonreí, rascando mi nuca.

—Aunque no lo creas, fue así-afirmó, sorprendiéndome—Cuando uno de los profesores nos contó que te habías transferido de universidad, más de uno quedó con la boca abierta. ¿Por qué te fuiste? ¿Es por Sasuke?

—Ino... tú...-mi corazón comenzó a latir precipitado.

—Le vi entrar a clases con una cara de amargado terrible. Creo que estuvo llorando en el baño, Sakura se quedó conmigo ya que Sasuke le apartaba tan solo con la mirada de muerto vivo que tenía. Naruto, ¿Tú y Sasuke se pelearon?

Estoy en un dilema. Quisiera saber más de él. Más de Sasuke, pero quiero olvidarlo, es un dolor en mi corazón. Un peso que debo desechar. No sé qué hacer, Dios mío.

—Sí-asentí con una mirada amarga—Me cambié por Sasuke, Ino. Tuvimos una discusión y una pelea en la azotea. Él decidió aparatarme de su vida y yo haré lo mismo. Debo irme ya.

Pase de ella sin más explicaciones, pero ella no paró con sus palabras nuevamente.

—¡Naruto! Voy a decírselo a Sasuke, yo tendré que decirlo.

CréemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora