El accidente de Naruto cambió muchos sucesos irremediablemente. Traumatismo de cráneo, fractura del brazo izquierdo y pierna derecha, eran algunas de las lecciones más importantes que presentaba. Una semana estuvo inconsciente, Kushina y Sasuke se turnaban para no dejarlo solo en ningún momento. Y cuando sus ojos finalmente se abrieron y observó a las dos personas en la habitación, sus palabras marcaron un antes y un después.
—¿Quiénes son?
Su mejor amigo, quién había tenido razón en cuanto a Sakura, quién le había expuesto sus profundos sentimientos, había perdido la memoria producto del golpe en la cabeza. El diagnóstico médico no era muy alentador, pero lo más importante, era que Naruto estaba vivo y en unos meses podría ser dado de alta. Sin embargo, estar con él no fue fácil, especialmente para su madre quién no acababa de asimilar el accidente y la pérdida de memoria. Todos los días lo visitaba con una sonrisa y llevaba los álbumes donde salía de niño con su difunto padre Minato. Y aunque el tiempo siguió su curso, ella no perdió la esperanza... ni tampoco él.
...
...
Cinco años después
—La reunión se pospondrá para la semana próxima, lamento las molestias-cortó la llamada.
Sasuke suspiró exhausto y se dejó caer por completo en el respaldar de la silla observando su gran oficina. Para bien o para mal, continuó con su vida y como era de esperarse, su padre le tenía un lugar privilegiado dentro de su compañía publicitaria. Con veintiocho años, aún seguía sintiéndose encariñado a su mejor amigo, eso no podía cambiarlo y aunque le dolía verlo completamente diferente al niño que conoció, no podía apartarse de él. No aún.
Abrió su cajón dejando expuesto un pequeño obsequio de cumpleaños. En cuanto se desocupara iría a visitar a la señora Kushina, tras el accidente del blondo, Sasuke nunca dejó pasar un día desde que le habían dado de alta, y lo visitó hasta la actualidad. Pero Naruto, ahora tenía su propio departamento y era muy independiente. Sus pensamientos ya no eran los mismos, al año del accidente, dejó a su madre para vivir solo. Kushina lo llamó llorando comentándole de su repentina decisión, sin duda, Naruto ya no era el mismo.
En su corazón todavía albergaba una vaga esperanza de que su rubio recuerde su pasado, su amor por él, y así, había permanecido soltero estos años. Pero las acciones de Naruto le mostraban lo contrario, y se preguntaba, ¿hasta cuándo?
Una llamada a su celular personal lo exaltó. Contestó rápidamente cuando vio el número.
—Señora Kushina, ¿Sucedió algo?
—Oh, Sasuke, lamento molestarte-se escuchaba muy preocupada—Naruto me dijo que vendría al medio día y son las cinco de la tarde, no atiende a su móvil, temo que le haya ocurrido algo. ¿Lo has visto?
—No. Todavía sigo en la empresa. No se preocupe, iré de inmediato a su departamento, seguro se quedó dormido, le llamaré en cuanto lo vea.
—Gracias, muchas gracias.
—Adiós.
El azabache no lo pensó demasiado y se fue de su trabajo en su auto, un audi negro. Sasuke visitaba el departamento cada vez que podía hacer un hueco en su apretada agenda y los fines de semana. Cuando llegó al tercer piso y se plantó en su puerta, tuvo un mal presentimiento pero buscaba no tomarle importancia. Llamó a la puerta tantas veces como su paciencia alcanzaba y no hubo sonido alguno de adentro. Giró el picaporte sabiendo que estaría abierta, y en efecto, entró sin problema. La sala parecía en completo orden e imaginó que podía estar descansando en la habitación. Naruto trabaja en un bar, de día dormía y de noche trabajaba hasta la madrugada. Era compresible, aunque una mala organización en su vida diaria.

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Créeme
RomansNaruto ha estado secretamente enamorado de su mejor amigo y ha soportado su noviazgo con Sakura , pero todo se derrumba cuando se entera que Sasuke será papá. ¿Podrá creerle?