0

1.3K 136 29
                                    

Un gatito tricolor corría como loco, tenía mucho miedo, no quería ser comido, no quería ser la puta cena de un perro piojoso.

El pequeño corría y corría pero su depredador se acercaba cada vez más, acaso este sería el fin del pobre gatito, pues al parecer si; ya no tenía escapatoria, ya no tenía a dónde correr, un muro de concreto evitaba su huída. Ahora se maldecía por no aprender a trepar.

Pero eso ya no importa, el depredador ya lo encontró y lo único que puede hacer es rezar para que su muerte sea rápida y sin dolor.

El gatito solo cerro sus ojos y espero por su amargo final.

-Vete, vete- dijo una voz muy dulce y amable.

El felino abrió lentamente lo ojos, pudo observar como un niño bicolor ahuyentó al fiero canino.

-¿Estás bien?- pregunto muy preocupado el canadiense, acercándose cada vez hacía el asustado minino. El cual solo retrocedía con cada paso quedaba.

Canadá lo levanto pero el gato no dejaba de moverse y de maullar.

~miau,miaumiau~ (déjame, torpe mocoso)

-Awww! Que bonito, me está agradeciendo- dijo con mucha inocencia.- Está decidió te voy ha adoptar-

~¡MIAUUU!~ ¡¿QUEEÉ?!
~miaumiaumiua~ (Ayuda me está secuestrando un mocoso)

-Que bonito, se puso muy feliz- Canadá abrazo a su nueva mascota y se fue muy feliz a su casa.

Michi Mexicano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora