Las calles de Paris estaban tranquilas esa noche, se podía disfrutar el aroma fresco, el frío se hacía presente al estar cerca el invierno en Paris. A pesar de que los akumas había desaparecido las últimas semanas los héroes de aquella hermosa ciudad del amor no descansaban. Se reunían cada día simplemente para acompañar sus noches con largas pláticas sin sentido solo por el hecho de escuchar sus voces. La compañía de ambos lograba desconectarlos por completo del mundo exterior. Los héroes lo consideraban "un escape"
Ladybug y Chatnoir se encontraban cómodamente sentados en unos de los numerosos techos de la ciudad, sin que faltara la hermosa vista que se apreciaba en aquel lugar a la enorme Torre Eiffel que adornaba con sus luces esa fría noche. Se podía escuchar con fuerza las risas de ambos héroes, realmente disfrutaban del momento como si se encontraran en su propia burbuja, como si el resto del mundo no existiera.
-Chat ya basta ¡ajajajaja! No tiene sentido lo que me cuentas - rió lo peli-Azul mientras con vergüenza escondía sus sonrisa tras de su mano.
- ¡Lo digo enserio¡- se defendió el felino mientras soltaba una carcajada.
Ladybug en intento parar su risa dando una enorme bocanada de aire, su estómago comenzaba a doler de tanto reírse. miro al chico sonriéndole, cada vez que le miraba era imposible no perderse en sus hermosos ojos verdes, a veces se preguntaba quien sería el guapo rubio debajo de esa negra máscara.... sabía bien que no lo sabría, era mejor que no.
-Chat...- suspiró la chica mientras cambiaba radicalmente el tema - ¿puedo preguntarte algo? - pregunto ladybug mientras miraba hacia la hermosa luna que se podía ver esa noche. Quizás era por no poder mirarlo a la cara, a veces el solo cruzar miradas lograba sonrojar a la heroina.
- Claro My Lady ¿que ocurre? - se pudo escuchar con claridad como el chico disimuladamente se arrimaba unos centímetros más a la chica mientras le respondía a esta. Ladybug sin mover su rostro en dirección al cielo miró de reojo al rubio percatándose de cómo este se acercaba.
- ¿te gusta alguna chica? Quiero decir - aclaro su garganta y tomando valentía lo miro a los ojos - en tu vida normal - quizás no se explicaba bien.
- si te refieres a cuando no soy Chat Noir, no - suspiró - La verdad es que... la única Chica a la que quiero es a ti My Lady - dijo con aquella sonrisa suya que tanto enamoraba a Marinette mientras le guiñaba él ojos luciendo increíblemente coqueto. Ladybug no pudo evitar sonrojarse ante esto volteando rápidamente su rostro al dirección contraria de este intentando evitar que Chat lograra ver su rostro rojo. ¿Cómo era posible que un simple chico que lograra dar tantas emociones? Pensaba que aquella etapa ya la había superado en un pasado cuando gustaba de Adrien, al parecer no era tan fácil.
Lamentablemente para la mala suerte de Marinette, Chat Noir claramente noto esto y soltó una carcajada, parecía feliz al haber logrado su objetivo de sonrojar a la chica.
- Nunca vas a cambiar - Resignada encaro al chico y a pesar de si rostro sonrojado se giró nuevamente a verlo pero esta vez luciendo un rostro fruncido del enojo.
El silencio se apoderó del lugar por unos segundos antes de que ambos adolescentes rompieran en risas. A pensar de los momentos incómodos aquello no era obstáculo para que ambos pudieran reír un rato. Intercambiaron miradas, esos momentos en los que eran solo ellos dos son los cuales tanto disfrutaban, estar solos por unos min se volvía especial.
No lograron separan sus miradas ni un segundo, eliminando cualquier incomodidad que pudiera haber existido y nuevamente hundiéndose en lo que era "su momento"
Solo debía tomar un respiro y desbordar toda aquella valentía que ser ladybug le proporcionaba, no dejaría pasar esta vez la oportunidad, a perder de que fuese un error las ganar la carcomían por dentro. Aquellos irresistibles labios del felino la volvían loca, llamándola a gritos que se abalanzara sobre ellos. Si sonrisa era tan hermosa que era imposible no mirarla. Quería besarlo, Pero ¿debía?
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El amor duele... (Ladynoir)[One-Shot]
Fiksi PenggemarA veces ser correspondido no es suficiente... a veces, el amor no rompe barreras... a veces, las cosas si son imposibles. Un amor prohibido compartido por dos almas inocentes de su destino, carentes de cualquier culpa a su claro y firme futuro de no...