Capítulo 6

128 8 0
                                    

Capítulo 6: Noruega.

Apenas tocamos la entrada de la casa, mi hermana pequeña salió corriendo a saludarnos.

Bueno, mas bien a abrazar a mi novia.

Mis brazos quedaron abiertos sin recibir nada más que las carcajadas de mi madre.

Y como todo adulto que soy disimulé volviendo a mi posición normal como si nada hubiese pasado.

Miré a Irina quien tenía en brazos a Isabella, mi hermana de 11 años. Ella tenía un serio problema con el cabello de mi novia, ya que cuando lo tenía a su alcance no desaprovechaba la oportunidad de tocárselo y hacerle moños o trenzas.

Y ni hablar de lo que hacía con el mío.

Básicamente era una mezcla de moños, trenzas y hasta rizos.

Éramos sus muñecos humanos.

Entramos con mi novia a la casa y tras cerrar la puerta abracé a mi madre, a quien no veía desde que me fui de Youtube.

- ¿Cómo sigues hijo? - preguntó en cuanto nos soltamos.

- Mejor sinceramente, aunque ya sabes, las pesadillas continúan, pero no con la misma intensidad que antes - mi madre comenzó a caminar al salón y yo dejé las maletas a un lado de la puerta para seguirla - tomé en cuenta venir a pasar una semana aquí - dije sentándome en uno de los sofás marrones que habían, ella me imitó, solo que se sentó en el sofá más grande.

Irina por cierto se fue con mi hermana a la habitación de la pequeña.

- Las pesadillas se te irán pasando con el paso de las semanas, sobretodo mientras mejor te sientas - ella me sonrió y tomó mi mano - de verdad estoy muy feliz de que estés mejor. No me gustaba verte así.

- Lo sé mamá y perdona si te he preocupado en estos meses.

- Para nada. Eres mi hijo y debo cuidarte.

- Eres la mejor - nos sonreímos.

- Oye, ¿me ayudas a ordenar la mesa? - me preguntó levantándose, yo la imité y juntos nos dirigimos a la cocina.

Comenzamos a hablar de diversos temas, como por ejemplo cómo iba mi proyecto del anime. Le conté lo que estábamos haciendo, la organización y un aproximado de cuánto nos quedaba. Aún faltaban meses, pero el trabajo iba en ascenso, y tenía fe de que todo saldría bien.

Tras unos quince minutos nos sentamos todos en la mesa. Mi abuelo, abuela y padrino llegaron dentro de ese lapso de tiempo y se sentaron junto a nosotros. Hicimos un breve rezo y comenzamos a comer.

La cena estuvo tranquila y luego de esta continuamos con la conversación hasta que se hizo tarde.

Tras finalizar nos despedimos y cada quien se fue a su habitación.

- ¿Te sirvió venir? - preguntó mi novia en cuanto estábamos en nuestra habitación. Ella estaba sentada en una mesa especial para maquillarse y esas cosas. En este caso, se desmaquillaba - te noté bien animado hablando.

- Sí, la verdad me siento tranquilo. No he querido tocar mi celular además, siento que estoy bien así.

- Aún así, no te recomiendo tanto eso amor - se volteó mirándome continuando con su labor - tus amigos también necesitan saber de ti.

- No lo sé cariño - rasqué mi nuca quitándome la polera para colocarme la del pijama. Nuestra confianza superaba la intimidad, así que estábamos acostumbrados en hacer estas cosas frente al otro, sin necesidad de llegar a lo sexual.

Vaya que había madurado.

- No te digo que pases metido en el móvil, pero con tal que respondas a esta hora y en la mañana basta - me sonrió y luego volvió a su posición inicial dándome la espalda.

Me quedé pensativo mientras me cambiaba la parte de abajo y me acomodaba al lado izquierdo entre las cobijas de la cama. Mi móvil estaba reposando en la mesa auxiliar que teníamos al lado conectado al cargador.

Mordí mi labio indeciso, no sé si era una buena idea entrar a WhatsApp.

Aunque tampoco me había surgido la curiosidad hasta ahora.

Irina terminó y tras cambiarse ropa frente a mis narices y yo estar distraído pensando sentí como apagaba la luz y se acostaba acomodándose a mi lado.

Tras darme un corto beso y desearme las buenas noches unos minutos después sentí su respiración tranquila. Ya se había dormido.

Me quedé debatiéndome entre abrir el WhatsApp o no. Sentía cierta inseguridad y no entendía por qué.

No Rubén, no podía decaer por algo tan pequeño.

Al final decidí solo dormir y tras minutos mirando el techo lo conseguí sin creer que mi subconsciente me jodería a través de los sueños.

Había vuelto a tener otra pesadilla.

Nota: Sé que es raro que lean una historia donde Rubius sea tan inseguro con cosas tan insignificantes, pero esa es la idea. Rubius es un personaje dinámico, sufre cambios, mas aún cuando está en un proceso de cierta recuperación mental.

Estoy tratando de imitar algo parecido a lo que él pasó. Quién sabe, tal vez realmente le sucedió algo así en ese periodo que estuvo ausente.

Iniciemos la Partida (ELRUBIUS ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora