Iniciemos la Partida (ELRUBIUS )

Capítulo 9

Capítulo 9: Cassandra

Durante los siguientes días que estuve en Noruega no volví a encontrarme con esa chica.

Aunque seguí su consejo y decidí conectarme a mis redes sociales.

Y fue lo mejor que pude hacer.

Tenía muchísimos mensajes en WhatsApp de mis amigos preguntándome cómo estaba y esperando que estuviera recuperándome.

Las menciones en Twitter y comentarios en Instagram no tardaron en llegar.

Y como siempre casi todo eran mensajes de apoyo.

Esa leve recaída de ese día fue opacada con todos esos mensajes.

Y con los consejos de Cassandra.

Cassandra...

Su voz y su nombre me sonaban mucho.

Sabía que los había oído de una parte.

Pero ¿dónde?

— Amor, deja de estar distraído y apresúrate que vamos a perder el avión — salí de mi trance notando como Irina me tomaba de la mano y me tiraba para que corriera junto a ella al abordaje.

Ya nos devolvíamos a España.

Pudimos suspirar aliviados cuando estábamos sentados en los asientos del avión.

En serio que por mi distracción casi perdimos el vuelo.

Concéntrate gilipollas.

— Te noté pensativo ¿pasa algo? — preguntó tomando mi mano y acariciándola.

— No, no. Tranquila, todo está bien — le sonreí para que se tranquilizara.

Ella me sonrió de vuelta y tras darme un corto beso se acomodó en mi hombro para dormir durante el viaje. La imité haciendo lo mismo.

Así el viaje sería más corto.

(...)

— Te veo mañana cariño — me dijo en cuanto bajé del taxi. Ella se acomodó al lado de la ventana sonriéndome.

— Avísame en cuanto llegues a casa — le di un leve beso a través del vidrio que estaba bajado — te amo.

— Y yo a ti. Adiós amor — tras ello el taxi comenzó a avanzar perdiéndose en la calle.

Di un leve suspiro y tomé mi maleta para dirigirme al edificio donde resido. Saludé al personal que hoy estaba de turno como recibidor y luego subí en el ascensor hasta llegar a mi piso.

Nuevamente tras abrir la puerta Raspy y Wilson aparecieron ansiosos por ser acariciados. Me sorprendía más Raspy, quien se la sudaba todo y solo pasaba en su mundo.

Prendí la luz para iluminar la estancia y luego de cerrar la puerta, llevar mi maleta a mi cuarto y volver al salón para sentarme en el sofá mis dos amores corrieron y se subieron en mis piernas.

Fueron siete días sin verlos, pero sentía como si hubieran sido meses.

Acaricié sus lomos con cariño recibiendo sus ronquidos gustosos de ello. Seguía flipando por Raspy, quien se dejaba completamente y no rasguñaba.

Parece que me extrañaba ¿eh?

— Oww mis cositas bonitas ¿me extrañaron? — mi voz se transformaba cada vez que me dirigía a mis gatos. Era algo inconsciente. Llegaba a pensar que eran mis hijos, mis tesoros más preciados.

La única respuesta que recibí fue de Raspy con un leve miau.

Estuve un buen rato con ambos gatos en mi regazo, recuperando la semana sin haberlos tenido hasta que finalmente ellos se bajaron y yo me dirigí a la cocina para darles su ración nocturna de comida y el cambio de agua.

Por suerte cuando fui al baño noté que el arenero estaba cambiado. Gracias Mangel, no sé qué haría sin ti.

Habíamos llegado de noche a España y producto de haber dormido todo el viaje ahora no tenía nada de sueño. Así que tras prepararme algo para comer y beber fui inmediatamente a mi cuarto de grabación, precisamente a mi PC para jugar un rato.

Ansiaba entrar a Fortnite y echarme unas partidas.

En cuanto me conecté revisé quienes estaban conectados. Mangel uno de ellos.

Y al bajar encontré a Papadopoulas.

¡Cassandra!

Los invité a ambos a la partida, la primera en aceptar fue ella y no tardó en saludarme.

— Hola Rubius.

Estaba loquisimo. La voz de ella era idéntica a la chica de Noruega.

Pero no podían ser la misma persona.

Cassandra vive en Chile, ¿por qué estaría en Noruega?

Estaba por preguntarle hasta que el personaje de Mangel apareció y junto con ello su saludo.

— Rubiuh ¿cómo te fue en Noruega?

— ¿Fuiste a Noruega? — preguntó Cassandra con voz curiosa.

No, no eran la misma persona.

Aunque, algo muy dentro de mí decía que estaba equivocado.