Sonido.†-Yooran-★

†-1-†

†-Imaginación-†

Saeran solía ocupar mucho de su imaginación, la ocupaba cuando estaba recluido en el hospital imaginando lo gloriosa que podría sentirse la muerte al cortar su muñeca con los residuos del florero roto o lo increíble que seria volar por unos segundos antes del impacto contra el suelo al momento de saltar por la ventana.

La ocupaba desde antes, desde que era prisionero de su propia madre y en su pequeña cocina encadenado a la mesa solo podía apreciar la única ventana sucia, y se imaginaba a su hermano entrar por esta para liberarlo, o lo feliz que el seria con su hermano alado de él o lo lindo que era el cielo azul.

En Mint Eye solía imaginar lo magnifica que sería su venganza, lo grandioso que podría ser matar a su propio hermano o lo precioso que sería el paraíso y la felicidad prometida.

Por su puesto, todo se quedaba en su imaginación.

Y no dudaba en que su actual fantasía se quedaría de la misma manera.

Yoosung Kim, parecía ser un chico insistente y decidido, cuando rechazo las primeras veces a estar con él, pensó que se rendiría con grata facilidad, para su sorpresa, Yoosung se aferró a él, con la excusa de que ahora eran amigos.

Amigos.

Un concepto que Saeran en sus 21 años no entendía y era realmente algo nuevo, algo confuso, algo aterrador.

Pero vaya, no fue tan aterrador cuando el rubio lo miraba con esos ojos amatista de cachorro emocionado, o cuando pronunciaba su nombre como un suave ronroneo y le electrizaba el cuerpo entero.

Y lo volvían dócil.

Y vulnerable.

Y ser dócil como vulnerable por alguna extraña razón le encantaba, le fascinaba.

Siempre y cuando fuese con el rubio que al parecer no presentaba ninguna especie de amenaza, y no tenía alguna otra intensión más allá del de ayudarlo o querer compartir su tiempo libre con alguien.

El concepto de amistad para Saeran poco a poco se volvió un concepto que fue asimilando mas rápido y mas fácil con los demás.

Jaehee era su amiga.

MC era su amiga.

Zen era un idiota, pero era su amigo.

Jumin...eh, le caía bien Elly.

Se preguntó varias veces si V había sido su amigo, en el pasado aquella pregunta le hubiera parecido una broma, un chiste cruel, pero ahora que veía las cosas desde una nueva perspectiva, no podía evitar llorar por el hombre.

Ambos fueron víctimas de, irónicamente, otra víctima.

Y pensó en que tal vez todo fue solo un gran malentendido que no tuvo ni pies ni cabeza, ni razón de ser, y que los cuatro (incluyendo a su hermano) eran solo los que pagaron los platos rotos de los padrastros de Rika, y de su cruel pasado que el decidió llevarse a la tumba, porque en Mint Eye el conocía cada secreto pues se le obligaba a aprenderlos y guardarlos o ejercer el mismo trato a los demás, y ahora el vivía a base de secretos, de deseos y de imaginación.

Y el imaginaba un futuro donde viviera libre de secretos, de deseos y donde todo lo que imaginaba se cumpliera, aunque también aceptaba, ese mundo era imposible, y solo se le concedería si moría.

Pero su hermano.

Su hermano ya había pasado por suficiente así que lo mínimo que podía hacer era mantenerse respirando y medio funcional hasta que Saeyoung aprendiese a perdonarse a si mismo y entonces, tal vez podría cumplir aquella fantasía de saltar por la ventana, de saltar de un puente al rio, o quien sabe, tal vez se atrevería a tomar su vieja pistola, iría al bosque y...